Con el compromiso de consolidar un mecanismo de integración mucho más amplio y participativo, Venezuela asumió la presidencia pro tempore de la Cumbre Social del Mercosur
Un abrazo entre Federico Gomensoro, del Punto Focal de Uruguay para las Cumbres Sociales del Mercosur, y Marcos Medina, del Punto Focal Principal de Venezuela, selló el traspaso bajó fuertes aplausos de las organizaciones y movimientos sociales, en la última jornada de una reunión que concluyo en Montevideo.
Con mucho cariño entregamos la presidencia del Mercado Común del Sur Social a los venezolanos «en respecto al derecho internacional y a la libre autodeterminación de los pueblos», dijo Gomensoro.
Medina, por su parte, dijo sentirse muy motivado a «seguir construyendo un Mercosur muchos más amplio y participativo» donde los pueblos y movimientos sociales de los países de los Estados partes puedan seguir encontrándose para el intercambio de ideas.
Significó que estamos en un escenario en el que debemos construir y consolidar la integración a futuro, y recordó al comandante Hugo Chávez cuando llamaba a consolidar los procesos de integración «porque contribuyen a fortificar la hermandad entre los pueblos».
Venezuela asume con total responsabilidad, disciplina y orgullo la presidencia pro tempore, aseguró, y expresó su solidaridad con los movimientos sociales brasileños, la presidenta Dilma Rousseff, y el pueblo paraguayo «por la situación que están viviendo».
El dirigente venezolano expresó que harán de la XXI cumbre en Caracas un espacio de discusión sobre las circunstancias que se generan en el continente.
Remarcó que el marco de políticas del gobierno bolivariano nos apegamos al llamado de la memoria de Chávez y del presidente Nicolás Maduro a estar «absolutamente resueltos a profundizar los procesos de integración del Cono Sur», esa será la misión venezolana durante nuestra presidencia pro tempore, subrayó.
En la última jornada de la XX Cumbre Social del Mercosur se dio a conocer la declaración final en la que los participantes reivindicaron el sentido de la integración, entendida como una herramienta fundamental para el desarrollo integral de los pueblos.
Las organizaciones y movimientos sociales llamaron a que en caso de prosperar el golpe de estado en Brasil, con la separación definitiva de Dilma, solicitar que los gobiernos de América Latina y el Caribe denuncien esta ruptura democrática y se aplique de inmediato el Protocolo de Ushuaia del Mercosur.
Este mecanismo establece la aplicación de sanciones a los países donde se violentan el orden democrático y fue aplicado por última vez a Paraguay cuando el golpe de estado parlamentario al entonces presidente Fernando Lugo.
El documento final también se pronunció por la defensa de la democracia y autodeterminación de los pueblos, y en ese sentido, rechazó y exigió la derogación del decreto de Barack Obama, que identifica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria para los Estados Unidos.
La declaración saludo la presidencia pro tempore de Venezuela con la expectativa que la misma contribuya a seguir avanzando en la consolidación del Mercado Común del Sur.
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