Estudiantes-atletas de toda Cuba participaron en el I Torneo Nacional de fútbol inclusivo que tuvo como sede la villa del Yayabo
A la escolta de las banderas de la Unicef y la FIFA el fútbol inclusivo anotó más de un gol en porterías espirituanas durante esta semana cuando tuvo lugar el I Torneo Nacional de dicha modalidad con la participación de estudiantes-atletas de todo el país.
Al margen del resultado competitivo, el evento devino cancha de confraternización de una práctica mundial que busca marcar más que todo en los valores humanos, al decir de Anna Lucía D’ Emilio, representante de la Unicef en Cuba.
“Es un evento con carácter especial porque es inclusivo: vemos a niños y niñas jugando juntos, algunos con discapacidades y eso demuestra cómo el grupo o el team puede seguir siendo fuerte y se enriquece con lo que cada uno puede aportar.
“Es un gran acontecimiento para los niños y para los profesores y profesoras que los acompañan y todas las instancias del Ministerio de Educación y el Inder que hacen posible este evento. No es fácil trasladar a los niños de un lugar a otro y tenerlos en lugares que no son sus casas, por tanto valoramos este esfuerzo”.
Al desafío del sol y con el traje de la alegría, cerca de 260 niños de todas las provincias cubanas (excepto Mayabeque) tomaron las canchas de juego ubicadas en el terreno de la pista de atletismo y frente al estadio José Antonio Huelga, maquillado para la ocasión.
El gran ganador fue el deporte como ente socializador entre muchachos de Secundaria Básica, que en equipos mixtos de varones y hembras y atletas discapacitados mostraron la mejor cara del fútbol. Así lo vio Blanca Carazo, responsable de programas de cooperación de la Unicef en España.
“El fútbol es un deporte que atrae mucho, tiene figuras que se convierten en símbolos, transmite valores, enseña a cómo aprender a convivir, a respetar reglas, a trabajar en equipo, de ahí que este deporte les sirve a los niños para desarrollar su salud física e intelectual.
“En distintos países potenciamos el deporte como herramienta para promover valores, trabajamos con niños que están en la escuela y otros que no están en ella, como una manera de introducirlos en el mundo educativo. Es un proyecto que permite desarrollar y promover la inclusión, el derecho al juego, la participación de niños que son más vulnerables y con más necesidades y menos oportunidades. Trabajamos en colaboración con los compañeros de la Unicef en Cuba y apoyamos proyectos que beneficien y hagan que se cumplan los derechos de los niños y las niñas; para ello contamos con el apoyo de la Fundación Iberostar, por ejemplo”.
Sancti Spíritus selló con éxito la fiesta del balón. Hasta el estrado de premiaciones subieron con sus medallas de oro, plata y bronce, respectivamente, Artemisa (con sus escuelas ESBU Carlos Gutiérrez Menoyo y especial Hermanos Montalvo); Guantánamo (ESBU Pedro Agustín Pérez y especial Eudes Castiel Jiménez) y Villa Clara (ESBU Pedro Julio Marcelo y la especial Fructuoso Rodríguez).
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