Sobre las expectativas que tienen los representantes de la militancia del Partido, Granma conversó con uno de ellos, Carlos Alberto “Tin” Cremata, director de la Compañía Infantil La Colmenita
El VII Congreso del Partido dará inicio el próximo 16 de abril, exactamente cinco años después de la apertura del Congreso anterior. Con la voluntad de seguir avanzando en la construcción de un socialismo próspero y sostenible, en esta ocasión mil delegados de toda Cuba se darán cita en el Palacio de Convenciones de La Habana hasta el día 19.
Sobre las expectativas que tienen los representantes de la militancia del Partido y del pueblo cubano en su conjunto, Granma conversó con uno de ellos, Carlos Alberto “Tin” Cremata, director de la Compañía Infantil La Colmenita.
—¿Cuáles son sus expectativas con este VII Congreso del Partido?
—Espero que tengamos debates muy profundos sobre el modelo al que el país camina, que no sea solo un debate economicista y podamos abordar todos los temas que preocupan al pueblo, a la altura de las complejidades del contexto cubano actual.
—Como delegado representante de la cultura ¿cómo cree que pueden beneficiar los debates del Congreso a la cultura socialista?
—No me siento solo representante de la cultura, sino representante de las niñas y niños, que son el presente y futuro de esa cultura. Las revoluciones o son culturales o no lo son, le he escuchado decir de múltiples formas al Comandante en Jefe y a Eusebio Leal, quien me enseñó un día que cualquier desarrollo, al margen de la cultura, es pura decadencia. En ese sentido no debemos mirar solo el sector de la cultura, sino todas las expresiones culturales del pueblo en su conjunto. Y hay que debatir especialmente sobre los impactos de los mecanismos de dominación cultural, de los que Cuba no está ajena, al contrario cada vez la siento más y más amenazada.
“Creo que hay que profundizar en la cultura socialista en la Cuba de hoy. Es esencial y debe estar en el centro de los debates, sueños y proyectos”.
—Este Congreso del Partido marca un punto de continuidad y renovación entre la dirección histórica de la Revolución y los jóvenes que continuarán defendiendo junto al pueblo el legado revolucionario. En su opinión, ¿cuál cree que será su trascendencia histórica?
—Creo que debe ser un Congreso que siga abriendo debates con el pueblo y que tenga como resultado caminos de reflexión populares. Esta práctica auténtica de la Revolución es lo único que nos puede salvaguardar el paso hacia esa otra generación, hija legítima de la Revolución, que tantas muestras de compromiso ha dado. Confío en ella, como en la de nuestros padres rebeldes y mis abuelos mambises.
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