El excanciller panameño Jorge Eduardo Ritter aseguró que la crisis migratoria que vive el país responde en gran medida a la ley especial diseñada por Estados Unidos para los cubanos
En entrevista con el canal local TVN, el analista político dijo este jueves que como consecuencia de tal medida, todo cubano que llega a ese territorio por tierra recibe automáticamente la residencia; por ello, mientras esa situación persista, habrá migración, expresó.
De ahí que una buena parte de la solución a la crisis esté en manos del gobierno estadounidense, en tanto la permanente debe ser diplomática y multilateral pues es un asunto que involucra a Panamá, Ecuador, Colombia, Costa Rica y Nicaragua, pero sobre todo a Estados Unidos, afirmó.
«El gobierno panameño tiene muy pocas posibilidades de actuar solo, por ello debe darle una prioridad urgente a este asunto que ya se desbordó, y con el cual el país no está acostumbrado a lidiar», reiteró Ritter.
Al referirse a las motivaciones de los migrantes caribeños, expresó que la urgencia de ellos es llegar a Estados Unidos antes que desaparezca este incentivo, como resultado de la normalización de las relaciones entre ambos países.
«Panamá nunca ha sido una nación de emigrantes, pero estoy seguro que si esa ley se aplicara a nuestros nacionales, tendríamos una gran cantidad de personas viajando hacia la frontera con México para pisar territorio estadounidense y quedarse en ese país», comentó.
Ritter aseguró que no hay presupuesto que aguante una oleada de esta naturaleza, sobre todo si no se vislumbra una solución rápida.
Sobre la controvertida repatriación como medida inmediata al problema, el político dijo que las deportaciones masivas están prohibidas en las convenciones internacionales.
Es injusto dejar a la gente en las condiciones precarias que viven hoy, y lo verdaderamente reprochable sería que Panamá pudiendo ayudar a esas personas, no lo haga, dijo el excanciller.
«Sin embargo, esta actitud a su vez implica un peligro mayor: y es que si continuamos dando una solución humanitaria permanente, entonces el flujo será mayor», advirtió.
A juicio del exfuncionario, Panamá enfrenta una crisis migratoria muy seria que debe resolverse de manera multilateral y por la vía diplomática, en la que también intervengan la policía y autoridades de inteligencia porque «esta es una industria criminal que existe gracias a los llamados coyotes».
Desde hace varios años, la nación istmeña es un corredor por donde pasan los cubanos que llegan de Ecuador por el sur, y los africanos que viajan desde Brasil por el norte de Colombia, para confluir todos en Puerto Obaldía o en la frontera con el Darién.
Reportes de prensa refieren que actualmente unos 900 africanos y dos mil 500 cubanos permanecen acampados en Paso Canoas, línea divisoria entre Panamá y Costa Rica.
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