En esta segunda ronda de discusiones celebrada en La Habana, ambas partes abordaron asuntos de interés y se desarrolló en un ambiente profesional y respetuoso, marcado por profundas diferencias, siguiendo las pautas del anterior encuentro celebrado en Washington, el 31 de marzo de 2015.
Pedroso aseguró que la delegación cubana defendió la universalidad, indivisibilidad e independencia de todos los derechos humanos, e insistió en ese enfoque y en la consecuente diversidad de tratar en el plano de igualdad tanto los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Cuba reiteró la necesidad de continuar estos intercambios con pleno respeto a la igualdad soberana, la independencia y la no ingerencia en los asuntos internos de las partes.
Los representantes cubanos expusieron la realidad de su país en cuanto a los asuntos discutidos, incluidos los logros en la promoción y protección de los derechos humanos, no solo los de su pueblo, sino los de otras muchas naciones del mundo.
En ese contexto, se abordó el negativo impacto que tiene el bloqueo económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos a Cuba hace más de medio siglo, el cual constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de los cubanos.
El funcionario del Minrex insistió en que si el gobierno de Estados Unidos quiere realmente impulsar políticas encaminadas a ayudar a los cubanos, lo imperativo es que se eliminen las restricciones que están en vigor, para contribuir decisivamente a desmontar esa política.
El encuentro entre ambas partes fue además, un momento propicio para ratificar el compromiso de Cuba con la protección y garantía de los derechos humanos y destacar como ejemplo, su alto nivel de ratificación por instrumentos internacionales en la materia, al formar parte de 41 de los 61 instrumentos internacionales reconocidos.
Ello contrasta, agregó Pedroso, con el hecho que Estados Unidos solo haya asumido obligaciones con 18 de esos 61 instrumentos.
En materia laboral -explicó-, Cuba resaltó la adhesión a 90 convenios de la Organización Internacional del Trabajo, incluidos sus ocho convenios fundamentales, lo que contrasta con la apego de Estados Unidos a solo 14 convenios, incluidos dos fundamentales.
En el curso de las conversaciones, Cuba mostró preocupaciones por las garantías a los derechos humanos en Estados Unidos, entre otras cuestiones, a las numerosas y documentadas violaciones al derecho a la vida, a la luz de las muertes por armas de fuego y la brutalidad policial, en particular contra la población afroamericana, y la inseguridad ciudadana, algo difundido por múltiples medios.
Se abordó igualmente otros fenómenos preocupantes, y como en Estados Unidos resalta la falta de acceso a la seguridad social, servicios de salud y educación, el trabajo infantil, las recientes y graves manifestaciones de racismo y discriminación racial y la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, y la falta de sindicalización de los trabajadores.
Cuba se refirió también a las violaciones de derechos humanos cometidas por Estados Unidos en otras partes del mundo, sobre todo en el contexto de su llamada lucha contra el terrorismo.
La delegación cubana llamó la atención sobre los actos de torturas cometidas en los centros de detención y cárceles secretas, así como las ejecuciones extrajudiciales, incluyendo las muertes de civiles, como el resultado del uso de drones.
Cuestionó la permanencia de un centro de detenciones en el territorio ocupado de la Base Naval de Guantánamo y las graves violaciones allí cometidas.
A su vez, llamó la atención sobre la selectividad y los dobles raseros que prevalecen al examinar los derechos humanos a nivel internacional y la importancia al desarrollo, a la paz y otros derechos imprescindibles para el ejercicio integral de los derechos humanos, respecto a lo cual, generalmente predomina un silencio cómplice en los grandes medios de comunicación.
Pedroso subrayó que, si bien el intercambio constató las profundas diferencias entre ambos gobiernos respecto a las concepciones y al ejercicio de los derechos humanos, Cuba insistió que estará dispuesta a conversar sobre cualquier tema, siempre en un marco de igualdad, respeto y reciprocidad.
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