Favorecida con una reparación capital, la Sala de Cuidados Intensivos Progresivos del Pediátrico espirituano sobresale por sus resultados integrales
Con solo 22 días de venida al mundo, la pequeña Dayely Herrera Gallardo fue operada dos veces. Nació con el ano imperforado (orificio no abierto) y con una fístula de este a la vagina. Tales anomalías impusieron una porfía por la vida que Yeline Gallardo —madre— retribuye con palabras que tienen peso y medida.
“Gracias al empeño de los cirujanos y de los médicos y enfermeras de Terapia intensiva, he podido ser mamá por primera vez y de gemelas. La que estuvo grave ya ha ganado peso y mejora por día, hizo hasta una oclusión intestinal; la otra me la traerán pronto para amamantarla también. Saldremos las tres juntas de aquí; confío en eso”.
La cotidianidad de la Sala de Cuidados Intensivos Progresivos del Hospital Pediátrico José Martí Pérez, de Sancti Spíritus, una de las de mejores resultados en Cuba, se viste con estos matices. Enhorabuena, en el contexto de la efeméride del 26 de Julio culminó la mayor reparación ejecutada en dicha unidad desde su inauguración el 2 de marzo de 1982.
“La remodelación ha sido capital y se cuenta con mejores condiciones estructurales, de equipamiento y mobiliario clínico”, aseguró el jefe de la citada sala, el doctor Francisco Felipe Martín, especialista en segundo grado en Pediatría y en Medicina Intensiva y de Emergencias.
“Se reestructuró el cuarto de esterilización, se revitalizó el de Rayos X dentro del servicio; mejoraron la climatización, las redes sanitaria y eléctrica, se colocaron gases de pared. Todo ello significa confort para el trabajo con pacientes críticos, quienes muchas veces han sobrevivido a procederes médico-quirúrgicos complicados”, precisó Felipe Martín.
A las mejoras constructivas se añade la incorporación de seis camas nuevas de última generación y equipos de ventilación utilizados en las terapias de Primer Mundo.
En medio de todo el proceso constructivo, el servicio se mantuvo y se exhiben indicadores favorables, entre estos una sobrevida del paciente ventilado superior al 97 por ciento y un promedio de estadía de 4.5, similar a la media nacional.
Igualmente, la unidad ha asumido el adecuado manejo de más de un centenar de pacientes sometidos a cirugías neonatales y neuroquirúrgicas de urgencia, indicativo del alto nivel de especialización del equipo médico y paramédico que allí labora.
A favor de la capacitación, docentes de la propia sala imparten un diplomado de Terapia Intensiva Pediátrica para licenciados en Enfermería de la Atención Primaria de Salud Pública, experiencia aplicada por vez primera en el país.
Recientemente el trabajo del servicio fue premiado con una plaza en un curso de capacitación en España en una de las salas de terapia insigne de la Pediatría en el mundo.
La Sala de Cuidados Intensivos Progresivos, la primera fundada en el interior del país, posee 14 camas y es atendida por cinco especialistas y 32 enfermeros y enfermeras.
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