El famoso cantante y tresero fue una de las principales figuras de la música popular e integró el legendario dúo Los Compadres
Reinaldo Hierrezuelo (Rey Caney), una de las personalidades musicales más importantes de Cuba, con más de 50 años de labor profesional, murió este martes en La Habana a los 90 años de edad, según informó el portal digital Cubadebate.
El famoso cantante y tresero fue una de las principales figuras de la música popular e integró el legendario dúo Los Compadres. Tocaba el tres, cantaba y era conocido como la “flauta humana” por sus dotes de silbador. Fue autor, además, de más de 30 canciones, Premio de Honor Cubadisco y Diploma Amadeo Roldán de la Uneac.
Nacido el 30 de diciembre de 1926 en Santiago de Cuba, Reinaldo y sus hermanos (era el menor de 11) hacían largas descargas musicales en El Caney, donde vivía con su familia. Por aquel entonces comenzaron a llamarlo Rey Caney: Rey por Rey-naldo y Caney por el lugar. Hermano de Caridad Hierrezuelo y Lorenzo Hierrezuelo, grandes exponentes de la música cubana.
Sin estudios musicales, Reinaldo creó a finales de los años 30, el legendario Cuarteto Patria junto a Emilia García, Francisco Cobas, y Rigoberto Echevarría. El nombre de esta agrupación, que aún sigue vigente, está inspirado en el periódico fundado y dirigido hasta su muerte por José Martí.
En 1952 se sumó al dúo Los Compadres, integrado por su hermano Lorenzo que acompañó durante años a la trovadora cubana María Teresa Vera y Compay Segundo, con el que recorrió medio mundo.
Luego de su paso por el dúo, formó parte del Conjunto Caney, de Benitico Yánes, que al principio se llamaba el Conjunto de Carlos. Además integró otras agrupaciones como Brisas de Nipe, Melodías del Sur y la Orquesta de Lino Borbolla. En 1960 viajó a Nueva York con Miguelito Cuní y debutó con el conjunto de Arsenio Rodríguez.
Con los años, cantó junto a Benny Moré en el legendario cabaré Alí Bar de La Habana, e incluso llegó a sustituirlo en más de una oportunidad.
En 1999 grabó un disco en solitario para la Virgin, en el que incluyó 14 canciones, 11 de las cuales eran de su autoría. Ese mismo año, fundó junto a otros músicos cubanos, la Vieja Trova Santiaguera con la intención de grabar un único disco. Pero el éxito del grupo hizo que luego grabaran varios discos más, despidiéndose de los escenarios en el 2003 con una gira, un video y un disco titulado El balcón del adiós.
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