La derecha tiene como objetivo desintegrar los logros de los gobiernos progresistas en América Latina, declaró el presidente Nicolás Maduro a propósito del golpe parlamentario contra Dilma Rousseff
Desde el Palacio de Miraflores, el jefe de Estado advirtió que con acontecimientos como los ocurridos en Brasil esta semana, «el virus del golpismo puede enfermar otra vez a América Latina».
En tal sentido, el mandatario aseguró que ya se reunió con el embajador en Brasilia, Alberto Castelar, y la canciller, Delcy Rodríguez, con quienes sostuvo una evaluación sobre la situación que enfrenta el gigante suramericano y decidió retirar la representación diplomática en ese país.
No podemos regresar en la historia; no podemos caer nuevamente en viejas desgracias, agregó.
Recordó, además, el peligro que corren los programas sociales desarrollados por el Partido de los Trabajadores durante 12 años de gobierno, de mantenerse en el poder la misma derecha que hoy sacó a Rousseff del poder.
La alerta afecta a todos los gobiernos progresistas de la región, los que ya vieron caer a Cristina Fernández en Argentina y este jueves a la mandataria brasileña, estimó.
A juicio de Maduro, también Venezuela está en la mirilla del gobierno estadounidense y esta victoria de la derecha brasileña podría levantar los ánimos de la oposición local. Hay un golpe de Estado en marcha en Venezuela, alertó.
En tal sentido, aseguró que el Estado actuará con la Constitución y las leyes ante aquel que pretenda violentar la paz y tranquilidad del país.
También declaró que a pesar de esto el Gobierno «continuará con su trabajo intenso para vencer la guerra económica y aliviar la vida del pueblo».
El gran problema en Venezuela es la situaciòn economica (sin bloqueo y con los mayores recursos naturales en el mundo).
Esa situaciòn pone en movimiento las fuerzas derecha y desiluciona a la mayoria de la poblaciòn.