Cristina Fernández (Argentina) y Luiz Inacio Lula da Silva (Brasil) son blancos de la derecha corporativa en sus países que intenta desacreditarlos como líderes de proyectos populares para evitar su regreso al gobierno
Así lo advierte el politólogo Juan Manuel Karg en una columna que publicó el diario Tiempo Argentino bajo el título «Van por Lula y Cristina».
El establecimiento político brasileño como el nuevo gobierno argentino apuntalado por la derecha corporativa saben que frente a las medidas antipopulares que planean, o ya ejecutan, la única alternativa es descabezar los liderazgos que aún tienen clamor popular, señala Karg.
En ese sentido, «tratarán de evitar, a como dé lugar, que Lula y Cristina se presenten a las presidenciales de 2018 en Brasil y 2019 en Argentina».
Por eso -añade- el exlíder metalúrgico se ha convertido en blanco permanente de los ataques mediáticos de Globo, Folha do Sao Paulo y O Estado de Sao Paulo, los tres principales periódicos de su país, que buscan erosionar su imagen negativa en el mediano plazo, incluso mintiendo.
Lo mismo sucede -agrega Karg- con Noticias y Veja, dos revistas socias que, de uno y otro lado de la frontera arremeten contra estos dos expresidentes.
A la sazón, en Brasilia la presidenta Dilma Rousseff encara el desafío de un juicio político cuya única finalidad es debilitarla aún más.
En Argentina, además de Cristina, a la que le esperan denuncias judiciales de todo tipo en ese intento de ensuciar su imagen, la derecha corporativa hoy en el poder también se esfuerza por profundizar la ruptura en el justicialismo, más allá de lo evidenciado para las últimas elecciones.
Con ello -reflexiona el politólogo- «el poder de turno intenta quebrar un peronismo que debería asimismo confluir unido con otros sectores, a fin de intentar volver a la Casa Rosada en el menor tiempo posible».
Sobre el contexto regional, Karg estima que «América Latina transita un inicio de 2016 bien diferente a lo acontecido en la región en la última década y media».
Ahonda que algunos analistas hablan de «restauración conservadora» mientras otros ponen el acento en un supuesto «fin de ciclo» de los gobiernos posneoliberales.
Ambas apreciaciones coinciden en que los gobiernos de izquierda están dando paso a otro momento, de mayor convulsión y confrontación entre dos proyectos disímiles, opuestos, de países y también de región.
Ahora esa disputa no está saldada, asevera el analista y refiere que solo en Argentina Mauricio Macri accedió al poder y se sienten alentados por el triunfo parlamentario de la oposición venezolana.
Aún no han podido concretar ni Henrique Capriles (Venezuela), ni Aécio Neves (Brasil), ni Mauricio Rodas (Ecuador), ni Samuel Doria Medina (Bolivia).
«Por ende, aún el balance es favorable para las fuerzas progresistas, quienes todavía tienen hegemonía en el mapa global regional», concluye Karg.
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