La ilegalidad del impeachment y el carácter abusivo de una acusación por delitos que no existieron se tornaron ya indiscutibles, consideró la apartada presidenta de Brasil, Dilma Rousseff
El criterio fue expuesto en Brasilia por Dilma en un diálogo con internautas del cual participó también el ex abogado general de la Unión José Eduardo Cardozo y en el que la mayoría de las preguntas giraron en torno al escándalo destapado por la grabación de una conversación entre el ex ministro Romeró Juca y el ex senador Sergio Machado.
Este será un elemento que presentaremos el 1 de junio en la defensa previa ante la Comisión Procesante del Senado, confirmó Rousseff, quien subrayó que la referida conversación deja en claro que el juicio político buscaba impedir el normal desarrollo de la operación anticorrupción Lava Jato.
Desde el inicio, recordó, alegamos que este proceso de impeachment fue realizado con desvío de poder, o sea, con finalidades totalmente extrañas a la ley. Ahora, con esas grabaciones todo queda más claro, señaló.
Dilma dijo conocer que sectores de la oposición pretenden un procedimiento rápido para impedir una buena defensa; pero nosotros, advirtió, lucharemos por el pleno ejercicio de ese derecho porque tenemos la convicción de que mientras más pruebas se produzcan quedará mejor caracterizada la improcedencia de las acusaciones.
Recordó que durante todo el proceso argumentaron ante la Cámara de Diputados, el Senado y el Supremo Tribunal Federal las flagrantes nulidades que lo caracterizaban, así como el cercenamiento al derecho de la defensa, pero en ninguna de las instancias fueron atendidos los reclamos.
Con las grabaciones reveladas ahora, que involucran al senador Jucá, la cuestión del desvío de poder resulta todavía más indiscutible, estimó la mandataria, para quien todavía es posible obtener una votación favorable ante el pleno de senadores, pues «los hechos son muy fuertes y demuestran que todo el proceso fue un gran montaje».
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