El potente sismo del pasado 16 de abril en Ecuador dejó un saldo de 413 víctimas mortales y más de 2 000 heridos, aunque faltan escombros por remover en la devastada costa noroccidental
Expertos de nueve naciones trabajan este martes en Ecuador con la esperanza de hallar más sobrevivientes entre los escombros y curar a los heridos ocasionados por uno de los peores terremotos de la historia de este país suramericano.
Las labores de rescate y búsqueda de personas constituye la prioridad establecida por el gobierno desde la noche del pasado 16 de abril, cuando un sismo de 7,8 grados de magnitud dejó un saldo de 413 víctimas mortales y más de dos mil heridos, dijo la agencia Prensa Latina.
Ninguna cifra es fija aún; pues faltan escombros por remover en la devastada costa noroccidental ecuatoriana, donde muchos guardan la esperanza de encontrar a sus seres queridos.
Ante la gravedad del sismo, el Ejecutivo decretó el estado de excepción para precautelar el orden público y activó los fondos contingentes con el objetivo de apoyar labores de reconstrucción.
El Gobierno Nacional autorizó la víspera al Ministerio de Finanzas un desembolso de 160 millones de dólares para atender los daños causados por el terremoto, fondo proveniente de un presupuesto de 600 millones de dólares que tiene el país para los casos de contingencia.
Durante un gabinete ampliado en el Palacio de Carondelet, el Ejecutivo también decidió transferir 43 millones de dólares a los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) de Manabí, para ayudarles a conseguir recursos con los que afrontar la emergencia.
Esta fue la provincia más afectada por el movimiento telúrico que al decir del presidente de la República, Rafael Correa, deviene la peor tragedia de la historia del país en los últimos 67 años.
Según el mandatario, la reconstrucción de las zonas afectadas llevará meses, años y costará centenas, probablemente miles de millones de dólares.
El jefe de Estado recorrió las calles y dialogó con los damnificados de los cantones más críticos: Portoviejo y Pedernales, donde se localizó el epicentro del terremoto.
Correa aseguró a la prensa que estos poblados necesitan ser reconstruidos, así como el barrio de Tarqui en Manta, y las poblaciones manabitas de Canoa y Jama.
La Secretaría Nacional de Riesgos reportó 640 personas albergadas, 805 edificaciones destruidas, 608 afectadas y además 119 escuelas.
Por su parte, la Cruz Roja Ecuatoriana estimó que la cifra de damnificados podría superar las 100 mil personas.
Junto a 609 bomberos ecuatorianos, en las labores de búsqueda y rescate participan más de 500 expertos procedentes de Venezuela, Colombia, Perú, Cuba, Bolivia, Chile, México y El Salvador.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Walter Solis, aseguró que más del 10 por ciento de la red vial estatal quedó destruida.
Por disposición del Ejecutivo, unos 10 mil efectivos de las Fuerzas Armadas y más de cuatro mil 600 policías se encuentran desplegados en las zonas de mayores daños.
Mientras en Quito y otras ciudades del país, los ecuatorianos organizan colectas de alimentos, frazadas, carpas, agua embotellada y otros artículos para enviarlos a sus compatriotas costeños afectados. Desde el terremoto del 16 de abril, los sismógrafos del Instituto Geofísico han registrado 327 réplicas con una magnitud de entre dos y seis grados en la escala abierta de Richter.
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