El intérprete de la canción Sancti Spíritus, compuesta en 1939, Nicolás Solano, recibió el homenaje de los seguidores de su obra musical, interpretada por respetados compositores
¿Por qué dejar escapar de nuestras manos lo que es nuestro? Esta es una pregunta que me formulo desde hace más de 20 años, cuando al visitar el club de los espirituanos en New Jersey, Estados Unidos, un cartel a la entrada del recinto anunciaba: “Concierto Homenaje a Rafael Nicolás Solano”.
No niego que una mezcla de orgullo y disgusto hicieron presa de mí. Orgullo al ver que un artista nuestro era reconocido en un lugar tan distante de su ciudad natal y disgusto porque hasta cierto punto me sentí culpable de que en su terruño las telarañas del olvido lo tenían envuelto.
Su nombre resulta hueco en los oídos de las actuales generaciones, pero no podemos culparlas; los responsables hemos sido nosotros, que no hemos alzado nuestras voces para divulgar su vida y su obra como merece.
Digo en primer lugar su vida porque fue un ejemplo de artista amante de su terruño. Prueba de ello, entre otras, su canción Sancti Spíritus, compuesta en 1939, tema que, rompiendo las barreras del tiempo y el silencio, cualquier espirituano, con mayor o menor afinación, puede entonar; al menos sus primeros versos: Sancti Spíritus colonial, adorada ciudad natal…
Y de su obra no voy a dar fe yo, que soy un neófito en las lides musicales; dieron y dan fe tantos y tantos artistas de primera fila que vi desfilar por su casa y llamarlo con verdadero respeto “maestro”, desde Esther Borja, su amiga e intérprete, y otros como Luis Carbonell, Huberal Herrera, Frank Emilio, María Álvarez Ríos y muchos más. Personalidades de esa estatura no regalan los elogios y a Solano se los prodigaban.
El pasado 19 de octubre en la sede del Comité Provincial de la Uneac un grupo de sus seguidores e interesados en perpetuar su obra como compositor e intérprete de primera línea se reunió y, con las características de su proverbial modestia, le rendimos homenaje, para lo cual contamos con la colaboración del Trío de Gómez y de aficionados de alta calidad interpretativa como Rosa Mary Argüelles y Ricardo Rafael Jiménez. Esperamos que esta haya sido la primera piedra para que en lo adelante su música y su nombre se vuelvan familiares entre los espirituanos todos.
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Antonio:Supongho que los medios que debieran divulgar los logros y la obra de glorias espirituanas como el maetro Solano estan muy ocupados en cosas mas «interesantes» segun su punto de vista.