“Hay una influencia muy negativa del bloqueo en la parte de los molinos y secaderos de arroz”, señala Camilo Meneses Gómez, director industrial en la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, en La Sierpe, Sancti Spíritus.
“Hoy estamos limitados con las piezas de repuesto para los molinos que debíamos tener aquí y no han podido entrar al país por las trabas que ocasiona el bloqueo, se están buscando alternativas, pero estamos trabajando este año sin haber reparado los molinos por esa causa.
“Existen otros recursos importantes que tampoco entran, como cables eléctricos, tornillos, rodillos para el molinado y otros componentes que necesitamos a la hora de mantener y desarrollar la industria arrocera, hay que buscarlos por otros proveedores, de manera que el bloqueo tiene un impacto fuerte en esta área de la economía”.
Jorge Luis Santiesteban, mecánico de combinada en la UBPC Las Nuevas, en la provincia de Sancti Spíritus, también opina que la carencia de piezas de repuesto constituye una afectación directa del bloqueo. “Si el país pudiera comprar esos recursos en cualquier mercado, incluso allí mismo en Estados Unidos, no pasáramos por estas situaciones de que se rompa una combinada y no tengamos cómo arreglarla.
“Por ejemplo —agrega—, estas máquinas están presentando problemas con los inyectores, los reductores, esas son piezas que aquí no podemos fabricar, ni tampoco se puede inventar nada; para volver a echar a andar la combinada las necesitamos nuevas, y estoy seguro de que, con la prioridad que tiene la producción de arroz, si no se aseguran esas piezas es porque el país se ve limitado por las restricciones del bloqueo”.
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