Por un segundo se apaga el sol en Sancti Spíritus. Solo un parpadeo fugaz. Ya llega Fidel en cuerpo y alma. Iluminado. A paso lento entra y sale el cortejo. No falta nadie
Fidel entra a Sancti Spíritus como aquel 6 de enero de 1959 (+fotos y video)
Sancti Spíritus: Hasta siempre, Comandante (+fotos)
Sancti Spíritus: Un baño de amor a Fidel (+fotos)
El Comandante prosigue hacia el Oriente cubano
Desde la Carretera Central los espirituanos despiden a Fidel
Cenizas del líder histórico Fidel Castro recorren pueblos y ciudades de Cuba (+fotos y video)
Difícil aceptar que este hombre tan grande viene a decir adiós en esa urna tan pequeña, de cedro como sus raíces mismas. Viene abrazado por la bandera que él izó hasta las cumbres del mundo. Rosas blancas. No hay remedio. ¡Qué corto tiempo! Solo segundos para decirle: ¡Hasta siempre, Comandante!, ¡descanse en paz!.
Unos lloran, otros guardan silencio con un nudo en la mirada, muchos agitan las manos. Delante de la Caravana de la Libertad llega y se va otra vez Fidel. Ahora parte hacia la eternidad. Por toda la Carretera Central, desde Cabaiguán hasta Jatibonico, ni medio centímetro sin el aliento espirituano.
Pero todo comenzó antes, en la medianoche del 25 de noviembre, cuando la noticia de Raúl desveló el dolor de casa en casa. Nadie orientó colocar tantas banderas y fotos en los portales. Nadie convocó al luto, ni las velas, ni ese andar de boca en boca, de anécdota en anécdota, con solo un nombre, con aquel verso de Carilda: “Gracias por todo, Fidel”.
No se escuchaba triste, sin embargo, la voz de aquella mujer sin nombre que cantaba desde la cocina con voz de soprano mientras preparaba la cafetera alrededor de las cuatro de esta mañana en su casa espirituana de la calle Rosario, antes de salir bien temprano a esperarlo: “No sé qué tiene Fidel, que los americanos no pueden con él”.
De prisa pasaban todos. Una madre madrugó a su hijo pequeño para traerlo en el coche. Nadie quiere llegar tarde a Fidel. Los pioneros van delante en el cordón que apretuja toda la carretera. Los universitarios de Ciencias Médicas, que no durmieron en vigilia voluntaria, llegaron entonando consignas para vestir el centro de Sancti Spíritus con sus batas blancas. En la Avenida de los Mártires no queda espacio ni para una sombra. Celulares, tabletas con fotos y el video que cada quien guardará celoso para los hijos por venir.
La voz de los colegas de la Radio se quiebra durante la cobertura en vivo que anuncia la entrada del Fidel a la provincia, que anuncia una parada frente al monumento de su compañero del Granma, frente a Faustino Pérez, en Cabaiguán, para despedirse juntos con el himno cantado por su pueblo.
La apoteosis en el parque Serafín Sánchez. Grandes fotos. Sinfonía de banderas casi no dejan espacio a la brisa. El Himno solemne que vuelve a estremecer. Todos quieren estar bien cerca de ese espíritu inmortal, telúrico, que pasa y se queda. Desde el balcón del hotel Plaza una decena de turistas dispara su lente asombrado para captar esta Historia de Cuba.
Mañana gris y llovizna fina, a intervalos, como la de aquel 6 de enero cuando por primera vez Fidel abrazó a Sancti Spíritus en la era de la Revolución triunfante y se definió breve: “Soy un hombre de fe”, dijo entonces al final de aquel discurso originario.
“Como ustedes no caben aquí, pero yo quepo allá, voy a bajar a verlos a todos”, también prometió aquel día, y vaya si encontró la manera de cumplirlo en estos 57 años que hasta sus cenizas retornan hoy a este sitio entrañable a consolar la espirituanidad.
Se va el Comandante por la Avenida de los Mártires camino a Jatibonico, hacia el Oriente, hacia su reposo definitivo. Cientos de fidelistas que no se conforman con decirle un adiós y cruzan a la acera de enfrente para despedirlo de nuevo. Estremecimiento. Energías que se enlazan. Muchos prefieren quedarse un rato más en el parque, llorando ausencias. Los colegas regresan a la Redacción en una procesión triste, ensimismados, como quien vuelve del cementerio cuando entierra a los suyos.
Pero todos saben en verdad que no se queda bien con Fidel solo por esta despedida. Para que su polvo no se deshaga con los vientos del olvido, ni sienta nunca el frío de la soledad, en un capricho de la imaginación regresan ahora los versos del cantor Carlos Puebla, rehechos para las urgencias de esta hora: “Se fue el Comandante, pero mandó a continuar”.
Fidel no murio porque su figura e ideas perduraran a lo largo de la historia y en el corazon de todos los cubanos que lo amamos y que por siempre seguiremos su ejemplo.Pienso que como el no nace mas ningun hombre en la tierra porque su figura es unica y universal
Quise gritar hasta desfallecer, como los miles de espirituanos que lo esperamos en la carretera «YO SOY FIDEL», pero administrar las emociones en momentos así es dificil, no pude, un nudo en la garganta hizo que mis voz palideciera, por mucho que lo evité, lágrimas salieron de mis ojos. Yo no era el único, varias personas a mi alrededor lloraban como el que pierde un hijo, un hermano o un padre. Respiré hondo, me llené de la energía que la hurna con flores blancas irradiaba y atrapé todo lo que pude en mi corazón y junto con los miles de espirituanos que colmamos la carretera que hicieron los mismos te dejamos en nuestra tierrra,»HASTA LA VICTORIA SIEMPRE MI COMANDANTE»
De sentimientos populares encontrados me permito calificar (me avala la condición de testigo de conocimiento en ambos sucesos; en el primero, como un adolescente lampiño, en el segundo como adulto que se le viene encima, a grandes trancos, la vejez) las concentraciones multitudinarias sucedidas el 6 de enero de 1959 y el 1 de diciembre de 2016, en el parque Serafín Sánchez Valdivia de la añeja villa del Espíritu Santo, cuyas convocatorias fueron libradas por la persona del jefe máximo de los rebeldes: en la primera, el júbilo atronó la periferia de dicho espacio público; en la segunda, la consternación acalló a los presentes.
!No caben dudas , la impronta de Fidel Castro Ruz es imperecedera en la historia de Cuba!