Las campanas doblan por ti, Fidel. Por estos días tu nombre recorre llanos y montañas; viene y va de norte a sur, de este a oeste. Toda Cuba te sabe de memoria, sigue tus pasos agigantados para nunca creerte muerto.
Desde la Sierra Maestra, con tu mochila al hombro y uniforme guerrillero has visto a los cubanos venerarte, demostrarte amor infinito de mil maneras, con expresiones de humildad, cariño, admiración, respeto: Fidel es Cuba y Cuba es Fidel; es el Comandante eterno, es Educación, Salud, Deporte, Cultura, es hermano, amigo, padre, es Patria, es Revolución.
Tu pueblo enérgico y viril no te despide, Fidel, te dice: ¡Hasta siempre Comandante! En tu recorrido en la Caravana de la Libertad a la inversa, de La Habana a Santiago de Cuba, en la ruta de las eternidades, hay millones de hombres, mujeres, niños, ancianos y jóvenes que te saludan y esperan tu orden.
Fidel, tu pueblo te llora en silencio. En estos días aprendimos a quererte mucho más. Te hemos visto aparecer en mil tribunas, con bandera en mano, indicando el camino. Por estos días te hemos visto almorzar con los carboneros en la Ciénaga de Zapata, jugar baloncesto y béisbol con jóvenes cubanos, dirigir la ofensiva en Playa Girón, despedir el duelo a las víctimas de la voladura del avión de Barbados, declarar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.
Hoy te vemos cortar cañas, abrazar y besar niños, intercambiar con bailarinas rusas, llegar hasta el sitio más apartado luego del azote de un huracán; sentimos tus pasos para saludar al campesino, al intelectual, al obrero, al joven; escuchamos también tu risa en pleno diálogo con el mejor amigo de Cuba.
Tu partida duele Fidel, pero así queremos recordarte: alegre siempre, rodeado de tu pueblo. Hace 10 años que te pensamos allí, cuidando de la salud, en tu lecho, sorprendiéndonos de vez en cuando con una nueva Reflexión. Desde entonces estuvimos pendiente de tus visitas, de la última foto estrechando la mano de un presidente, de un admirador, de un compañero.
El pueblo agradeció verte en el VII Congreso del Partido y, más aún, recibir a los cinco héroes cubanos, esos hombres a quienes prometiste luchar hasta tenerlos de regreso en la Patria. Los documentales, fotos y testimonios que hoy trasmite la televisión cubana definen la dimensión descomunal de tu estatura guerrillera, que el mundo no puede obviar.
Por todo ello tu obra crecerá y tu pensamiento se multiplicará, trascenderá las fronteras y el tiempo. ¡Gracias, Fidel, por existir! Hoy el pueblo de Cuba te despide, pero no para siempre, Comandante.
Sentidas palabras, merecidísimo tributo.
Son tantos los buenos materiales que Escambray ha publicado en estos días que no da tiempo a leerlos y ponderarlos todos. Gracias por mantenernos informados y por la posibilidad de opinar sobre el Gigante que acaba de ser sembrado en una piedra, para perpetuarlo en suelo patrio y en la memoria de la humanidad.