Fidel vivirá más allá de su muerte

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Que el llamado de Fidel a salvar la humanidad nos acompañe siempre y nos haga mejores a todos los seres humanos

Cuando recibí la noticia del fallecimiento de nuestro Comandante en Jefe, de inmediato me conecté con mi cuenta en Facebook y publiqué la siguiente nota: Partió Fidel hacia la eternidad. Lo acompañé en la lucha revolucionaria desde los 12 años. Que su llamado a salvar la humanidad nos acompañe siempre y nos haga mejores a todos los seres humanos. Continuemos luchando junto a él por la felicidad de todos los seres humanos.

Confieso que lo primero que me vino a la mente fue su breve discurso en la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo en la Cumbre de la Tierra, Río de Janeiro, en  junio de 1992, donde alertó a los jefes de estado reunidos allí sobre la urgente necesidad de lograr un consenso de voluntades para impedir, antes de que fuera demasiado tarde, la destrucción de las condiciones naturales de vida y con ello salvar a la especie humana, hoy en peligro de desaparecer por los efectos del cambio climático y ¿por qué no?, de la demencial carrera armamentista, incluidas las armas de exterminio masivo.

El líder de la Revolución cubana dijo entonces: Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo.

Y a renglón seguido sentenció: Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.

Como ser humano se equivocó a veces, pero tuvo la valentía política de reconocerlo y encauzar el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, pues el socialismo, al que dedicó todas sus energías, es el sistema social más joven de cuantos han transcurrido en la humanidad y, desde el triunfo mismo de la Revolución cubana el primero de enero de 1959 hasta hoy, el pueblo cubano, bajo su liderazgo y certera conducción, ha debido enfrentar múltiples y variados intentos del imperialismo para frenar su desarrollo y destruir la más humana y justa de las obras políticas y sociales emprendidas por un hombre y sus seguidores.

Desde los actos de sabotaje, fomento desde fuera de organizaciones contrarrevolucionarias internas, alzamientos de bandas que sembraron el terror y cometieron decenas de asesinatos a lo largo y ancho de la pequeña isla del Caribe, hasta la invasión por Playa Girón que el pueblo  combatiente y miliciano, con su Comandante al frente, derrotó en sólo 72 horas.

Pero otras muchas vivencias guardo con agrado de Fidel. El altruismo con que los médicos cubanos salvan vidas en decenas de países, cuando fueron y se enfrentaron a la mortal epidemia del ébola y libraron a la humanidad de la amenaza que dicha enfermedad constituía. Esta misma mañana de sábado el presidente de la hermana nación boliviana, Evo Morales reconocía otra de sus obras humanistas, de trascendencia universal: Recuerdo –decía- cuando nos encontramos en Venezuela y le planteó a Hugo Chávez: Hay que organizar una Operación Milagro para operar gratuitamente a 6 000 personas pobres de América Latina y El Caribe. Y hoy puedo decir que solamente en Bolivia han sido operados de la vista sin costarle un centavo,  más de 700 000 hombres y mujeres humildes.

Ciertamente, el imperialismo siempre lo ha satanizado y a tratado de sembrar el terror del Comunismo y vender la falsa imagen de las “bondades del capitalismo” deshumanizado y salvaje que ha llevado a un puñado de personas de los países desarrollados a adueñarse injustamente de más de las tres cuartas partes de las riquezas creadas por la clase trabajadora.

 Hay más, ese mismo Fidel que demonizan, nació en cuna de ricos, sin embargo dedicó toda su vida a la creación de una sociedad más justa y equitativa para el pueblo cubano y para otros pueblos del mundo. Tratarán de opacar su obra pero he ahí que otra vez se equivocan: su obra humanista perdurará en la memoria de millones de seres humanos, que en el planeta apostaron junto con él, por construir un mundo más justo y equitativo, por alcanzar en la tierra la felicidad que todos los seres humanos merecen. Por eso y por muchas cosas más, Fidel continuará ganando batallas con el fusil de su  pensamiento y de su ejemplo personal y vivirá más allá de su muerte.