Gladys Alejandra Rojas: obsesión por la epilepsia

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Profesional de la Psicología, fundadora y profesora titular de la Universidad de Ciencias Médicas de la provincia, acaba de ser distinguida por sus méritos en el ámbito científico

 

Le sorprende que un medio de prensa se interese por su faceta investigativa siendo, como es, una profesional de la Salud. A juzgar por la cadencia pausada de su voz, diríase que no tiene prisa nunca, que el trabajo no ocupa la mayor parte de sus días, que no se estresa jamás. En un local nuevo y modesto hace espacio para instalar una consulta que la mantenga, como hasta no hace tanto, ligada a la gente, porque sin compañía Gladys Alejandra Rojas Sánchez definitivamente sería otra persona.

Graduada de Psicología en la Universidad Central de Las Villas en 1976, empezó a impartir docencia ligada laboralmente al Hospital Pediátrico de Sancti Spíritus, cuando la otrora Facultad de Ciencias Médicas en estos predios era apenas una utopía.

Hoy doctora en Ciencias de la Salud y profesora titular de la casa de altos estudios que ya se elevó en rango, declara como el logro más importante en su faceta científica el que la sección Cuba de la Liga Internacional contra la Epilepsia propusiera, en el pasado año, la creación de guías prácticas para el tratamiento a ese tipo de pacientes. Incluidas en la Revista Cubana de Salud Pública de 2015 y enfocadas desde la óptica de la atención psicosocial, devienen cartilla de consulta obligada no solo para el personal médico, sino también para los miembros del hogar.

Desde finales de los años 80 viene trabajando en esa línea de investigación, que no concluyó siquiera con la tesis doctoral “Estrategia psicoeducativa para la prevención de riesgos emocionales en personas con epilepsia”, defendida en 2013. Le preocupa la considerable incidencia en el territorio de esa enfermedad crónica, que suele aparecer en la infancia y está marcada por cierto estigma social sobre quienes la padecen.

“Dirijo el Consejo Provincial de Sociedades Científicas de la Salud desde hace dos años, su tarea más importante es garantizar que funcionen los capítulos científicos (filiales) de las especialidades en la provincia, son 42 en total. Uno de los eventos que organizamos es el Premio Anual de la Salud, concurso auspiciado por el Minsap”, explica.

Su tiempo ha estado repartido durante décadas entre clases a futuros médicos, enfermeros, estomatólogos, defectólogos; cursos, conferencias, tutorías; lecturas de actualización, publicaciones y la familia, ese remanso imprescindible de su vida que le sirve a la vez de soporte y regocijo, con el esposo y los dos hijos —uno ingeniero industrial y la otra licenciada en Derecho— y el nieto de dos años a quien, gustosa, dedica una parte no desdeñable de su tiempo.

Del hogar paterno y materno, en Fomento, heredó lo humilde y ese hondo sentido de responsabilidad por el trabajo. Está abierta a las más disímiles solicitudes de consejos, que usualmente no faltan y hasta tiene su propia receta para manejar el estrés, ese mal del siglo con el que se precisa aprender a convivir, dice, sin dejar que las tensiones que provoca afecten el organismo.

De sus muchas responsabilidades antes o ahora prefiere no hablar mucho. Opta por declararse retribuida con el reconocimiento de sus compañeros, sus colegas, de las instituciones donde se ha formado y de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud, cuyo Capítulo Científico Provincial encabezó durante mucho tiempo. Tal vez a ello esté ligado el que en 2015 le otorgaran el premio especial Doctora Noemí Pérez Valdés, instituido en honor a la fundadora de dicha sociedad. A propósito de la celebración del Día de la Ciencia Cubana, Gladys Alejandra acaba de recibir, junto a otros investigadores de renombre en Sancti Spíritus, el Premio por la Obra de la vida.

Insatisfecha por no poder llevar más los resultados de su trabajo al campo de las instituciones sanitarias, al no desempeñarse en funciones asistenciales, complace la solicitud de Escambray de compartir su fórmula para una vida sosegada. Mientras sonríe, ordena sus recomendaciones: “Planificarse bien, dejar un tiempo dentro de esas tareas para las cosas que a uno le gustan, practicar técnicas de relajación y algo muy importante, afectado hoy en día: mantener buenas relaciones humanas, tolerar a personas diferentes y ayudar a todo el que uno pueda”.