Juan Manuel Santos anunció con júbilo desde el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias que hay una guerra menos en el mundo, “¡y es la de la Colombia!”
Raúl presente en ceremonia de firma de acuerdo de paz colombiana
El presidente colombiano Juan Manuel Santos, y el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Rodrigo Londoño, suscribieron este 26 de septiembre el histórico acuerdo de paz que pone fin al cruento conflicto armado en esa nación.
En la ceremonia a la que asistió el General de Ejército Raúl Castro, Santos y Londoño utilizaron, simbólicamente, una bala de ametralladora convertida en bolígrafo para rubricar el compromiso que termina con la más extensa y antigua de las conflagraciones en Latinoamérica.
En emotiva ceremonia donde primó el color blanco en el vestuario de los miles de invitados a presenciar el acontecimiento, Santos entregó un pequeño prendedor con forma de paloma al Comandante de las FARC-EP, gesto que acompaña el espíritu de paz de los colombianos.
El mandatario suramericano anunció con júbilo desde el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias que hay una guerra menos en el mundo, “¡y es la de la Colombia!”.
Dijo que todo pacto de paz es imperfecto, pero el logrado entre el gobierno y las FARC-EP es el mejor posible.
Expresó que lo pactado permitirá llevar desarrollo a los campesinos de Colombia –los más afectados por el conflicto armado–, fortalecer la democracia en el país y la lucha contra el narcotráfico, pues los sembradíos de coca se convertirán en campos cuyos frutos sean para alimentar al pueblo.
Santos apuntó que con el fin del conflicto no se terminan los problemas de su nación, pues “quedan retos por vencer, pero lo haremos sin el obstáculo de una guerra que consumía cuantiosos recursos”.
En sus palabras ante más de dos mil 500 invitados nacionales y extranjeros, el Presidente convocó al pueblo colombiano a respaldar los acuerdos de paz en las urnas el próximo domingo dos de octubre, cuando se realice un plebiscito nacional sobre lo pactado.
Lo firmado hoy es más que un acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla, es una declaración del pueblo colombiano de que nos cansamos de la guerra, de que decimos fuerte y claro: ¡No más guerra!, exclamó el Presidente.
Especial reconocimiento hizo el dignatario a aquellos que fueron el adversario durante más de cinco décadas y que hoy firmaron el acuerdo de paz.
“Nadie como Santos los combatió y golpeó cuando la dinámica de la guerra lo estimó; pero reconozco que fueron dignos negociadores, trabajaron con seriedad y voluntad para alcanzar la paz”, aseguró.
Ponderó asimismo, el novedoso sistema de justicia transicional acordado, que no permitirá impunidad en un país lastrado por la muerte de más de 200 mil civiles y millones de desplazados durante el conflicto.
Al intervenir en la ceremonia, las primeras palabras de Rodrigo Londoño estuvieron dirigidas a ese pueblo, que no perdió la esperanza, así como también a los guerrilleros caídos en la búsqueda de la paz.
Ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra, dijo el Jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, interrumpido por vítores de ¡Sí se pudo!
De acuerdo con Londoño, con la recién finalizada X Conferencia Nacional Guerrillera se refrendaron unánimemente los acuerdos de La Habana, y se mandató la conversión de esa organización guerrillera en partido político.
Que nadie dude que vamos hacia la política sin armas, preparémonos para desarmar las mentes y corazones, sostuvo.
El líder guerrillero expresó su convicción de que la clave en lo adelante será la implementación de lo acordado durante las pláticas en La Habana, y para eso, el pueblo colombiano deberá convertirse en el principal garante, así como también la verificación internacional.
Con el ejemplo de Colombia, invitó a otros pueblos en conflicto a encontrar el camino de la reconciliación y a silenciar las bombas.
Londoño felicitó al Presidente Santos, en quien las FARC-EP encontró un “valeroso interlocutor, capaz de soportar con entereza las presiones y provocaciones de los sectores belicistas”.
Agradeció en ese contexto a los pueblos Cuba y Noruega por el apoyo como garantes de las pláticas de paz, y dirigió un reconocimiento especial a la figura del Comandante Hugo Chávez, “sin cuyos trabajos pacientes, pero discretos, este final feliz no hubiese llegado”.
También al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como continuador de esa voluntad de paz, y a Chile, que junto a la nación bolivariana sirvieron de acompañantes al proceso que se extendió por más de cuatro años.
Al intervenir en la ceremonia, Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), señaló que los acuerdos crean las condiciones para una paz duradera que permita el desarrollo, promueva la inclusión, garantice la participación de la mujer y que en el futuro todos participen en la política, sin violencia.
Aseguró que los grupos de Naciones Unidas encargados de verificar la dejación de las armas, ya están desplegados en Colombia y que la organización continuará apoyando la paz en la nación suramericana.
Aliento a las partes para que sigan fuertemente comprometidos con el acuerdo y que se concrete la paz en Colombia, aseguró antes de concluir en español: “¡Viva la paz!, ¡Viva Colombia!, ¡Viva Colombia en Paz!”.
Al acto protocolar, que culminó con el Himno de la Alegría, asistieron jefes de Estado, el Rey Emérito de España Juan Carlos, decenas de cancilleres, ex mandatarios, así como directores y presidentes de organismos internacionales.
Qué bueno, pero qué bueno. La paz del pueblo colombiano es también la paz de LATINOAMÉRICA y en parte, del mundo. Hermosa ceremonia, ojalá que después de tantos escollos y esfuerzos la convivencia pacífica allí, después de 52 años de guerra, sea realmente tranquila, como corresponde a toda paz verdadera.
Entre tantos coflictos nuevos o menos viejos, azuzados o desatados por el gobierno que más juzga y menos hace en pro de los derechos humanos, y hablo, ya lo saben, del gobierno de los Estados Unidos, esta gran noticia debe saberles muy mal.