Debe quedar constancia. Alguien sabrá en 10, 20 o 50 años que a mediados de julio de 2016 Sancti Spíritus fue un hormiguero
Evocará los hombres de naranja y azul encaramados en los cestos allá, en lo alto, podando árboles o reparando cables para garantizar que la celebración transcurra felizmente, sin fallas ni cortocircuitos.
Deberá recordarse la hidalguía de esas fuerzas que hoy repellan paredes, hormigonearon una porción del escenario donde este 26 de Julio se juntarán los ánimos moncadistas, arreglan tuberías hidráulicas e instalan redes de alcantarillado, pintan fachadas y contenes, acondicionan áreas verdes y velan por el cuidado de los paseos y parques con nuevo rostro que les legaron los 500 años de la Villa del Espíritu Santo.
Cuando los camerinos del Complejo Cultural Plaza de Los Olivos asistan al ritual preparatorio de alguna compañía danzaria o artista de renombre, habrá quienes revivan los momentos actuales, en que salones, vestidores, baños y pasillos tomaban forma mientras la reportera imaginaba el acabado por venir: allí, la ducha; acá, el lavabo; en este espacio, los espejos. El albañil de overol azul y sombrero sobre la gorra, el plomero, el electricista y aquel grupo de hombres que remueven la mezcla, repellan, ordenan, todos coinciden en sus testimonios repletos de júbilo y en esa idea de que “nos lo ganamos”, en alusión al acto nacional que dispara sus ánimos.
A solo metros, el Ranchón en el que los servicios de restaurante, cafetería y otros serán dentro de poco un hecho consumado, guardará en su memoria los ruidos que ahora entorpecen la conversación, las bromas, el “de todo, tía” de un joven que, brocha en mano, resume sus funciones allí donde laborará. “Pa’l 26”, alegan invariablemente si se indaga por fechas de culminación. Y es larga la lista de los organismos que se suman al esfuerzo.
En una esquina de la ciudad, los integrantes de una cooperativa de la construcción llamada Sasha confieren nueva forma al Boquete del Coco, que une la calle Céspedes con el bulevar. Junto a las piedras que soportarán el paso de los transeúntes, arena, ladrillos, un trompo, rasillas ya colocadas sobre las aceras y las explicaciones de rigor: aquí, la rampa para minusválidos, allí, las sombrillitas y las mesas…
Calles con nueva imagen, como la Tello Sánchez, transitable desde las últimas semanas; remozamiento de locales y áreas públicas, adornos, banderas, bancos de un verde primavera en la Avenida de los Mártires, comunidades reanimadas, bullicio, espera. Justo en el epicentro de las celebraciones, donde este 26 la multitud consumará el anhelo, camiones, grúas, tractores, cláxones y un polvo que cesó en cuestión de horas sirvieron de fondo al diálogo con Godoberto Rodríguez y sus hombres.
La UEB No. 5 Movimiento de Tierra del Micons laboró siete días y dejó concluidas sus acciones al despuntar la madrugada. En medio de la Plaza y de frente al monumento al Mayor General Serafín Sánchez Valdivia sobreviene el resumen. “El sol nos ha hecho largar la piel, pero estamos contentos”, declaró el veterano mientras un cargador frontal Volvo se desplazaba, orondo, con arena en su lomo. “De área verde queda el equivalente al de la pavimentada más un 20 por ciento”, explica el hombre que ha llevado las riendas de un sinnúmero de obras, algunas de ellas de gran alcance. Y allí lo dejé con su sombrero, sus arrugas, su tropa, que también “mueve” aceras en el Camino de la Habana, “concreta” el Canal C-1 Rectificación del río Jatibonico aguas abajo de la presa La Felicidad y “maquilla” el Parque Fotovoltaico de La Sierpe.
Todo esto y mucho más formarán parte del recuento de una fecha gloriosa tres décadas después de que Fidel la acuñara, en la tierra del Yayabo, con su impronta.
Bravo por todos esos hombres y mujeres que hacen de la villa un lugar mejor y propician con su esfuerzo que el 26 de Julio nuestro sea una fecha para recordar por muchos años.
Ciertamente, el movimiento se nota y la ciudad cabecera está mucho más linda, ojalá Fidel pudiera verla.