Una preselección de 41 peloteros comienzan los entrenamientos en el estadio Nelson Fernández de cara al encuentro amistoso que tendrán el 22 de marzo frente al equipo del Tampa Bay Rays
Los cubanos inician este 11 de marzo la cuenta regresiva de la presentación en La Habana del Tampa Bay Rays, equipo del béisbol profesional de Estados Unidos que disputará un partido amistoso contra la selección nacional de Cuba el próximo 22 de marzo.
El conteo comenzó cuando la Federación Cubana de Béisbol (FCB) dio a conocer una preselección de 41 peloteros, convocados para adiestrarse en el estadio Nelson Fernández, de San José de las Lajas, provincia de Mayabeque, ubicada al sur de esta capital.
«No soy amante de la pelota,»como llaman a este deporte en Cuba», pero quiero ir a ese juego, que es un hecho único por la presencia del presidente (estadounidense), Barack Obama», dice Coralia La Rosa, ama de casa y residente de Las Cañas en el municipio capitalino del Cerro.
Su vecino Francisco Merino Valdés, constructor de profesión ahora retirado, asegura que se perdió «el juego contra los Orioles (de Baltimore, en 1999) porque no estaba en Cuba, pero este no me lo pierdo. Será histórico y beneficioso para los dos países».
Y es que a menos de 12 días del desafío programado para el estadio Latinoamericano, el béisbol se antoja el idioma idóneo para un mayor acercamiento entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos, para los cuales el juego es tan serio como sus culturas e identidades.
Una expectación similar se produjo más de tres lustros atrás, cuando el equipo Cuba de entonces, dos veces campeón olímpico (Barcelona-1992 y Atlanta-1996), enfrentó a los Orioles de Baltimore el 28 de marzo de 1999 en La Habana y el 3 de mayo de ese propio año en el estado de Maryland, ubicado a unos 60 kilómetros al este de Washington.
Así, los Orioles se convirtieron en el primer equipo estadounidense en jugar en Cuba tras la Revolución de 1959, pero el interés general se enfocaba en dilucidar el nivel real de los peloteros de la isla, cuyos guarismos en el «mundo amateur» eran asombrosos.
En definitiva, los caribeños perdieron en casa por marcador de 3×2, pero en suelo norteamericano, exactamente en el Oriole Park de Camden Yards, se impusieron 12×6, una división de honores que satisfizo aunque no resolvió las interrogantes deportivas.
«Ahora es distinto, el resultado es lo de menos, ahí en el Latinoamericano estarán los presidentes de los dos países en un juego de pelota, que puede ayudar a mejorar nuestras relaciones», agrega Merino Valdés.
Como este habanero de 47 años, muchos cubanos tratan el asunto con la emoción a flor de piel, porque además de un avance en la normalización de las relaciones diplomáticas de ambas naciones, consideran el partido Tampa Bay Rays-Cuba un paso adelante para la inserción legal y segura de los peloteros cubanos en las Grandes Ligas (MLB, por sus siglas en inglés).
En virtud del bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, los peloteros cubanos tienen que, obligatoriamente, renunciar a residir en la Isla y establecerse en un tercer país para acceder al mejor béisbol del mundo, lo cual provoca cotidianamente timos, trampas y tráfico de personas.
Desde el 17 de diciembre de 2014, cuando Obama y el presidente cubano Raúl Castro anunciaron el inicio de negociaciones para normalizar las relaciones entre las dos naciones, la MLB mostró interés en convenir con la FCB un mecanismo de trabajo mutuo, y llegó a pedir un permiso especial al Gobierno para contratar peloteros en Cuba.
Incluso, los Medias Rojas de Boston y los propios Orioles de Baltimore han considerado realizar partidos de exhibición o enfrentar a selecciones cubanas en La Habana.
El bloqueo impide que la MLB alcance cualquier acuerdo que genere dinero para Cuba, sin embargo, para la Casa Blanca el béisbol es un área donde la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento del Tesoro, tiene autoridad para conceder una licencia especial.
En el vórtice del proceso de normalización de relaciones entre la isla y EE.UU., el 15 de diciembre de 2015 visitó La Habana y Matanzas una delegación de la MLB encabezada por Joe Torres, director de la Oficina del comisionado; Dan Halem, jefe de la Oficina Legal; Tony Clark, director ejecutivo de la Asociación de Jugadores, y Dave Winfield, consultor especial.
Junto con ellos vinieron los jugadores activos Miguel Cabrera (Venezuela), Nelson Cruz (República Dominicana), Jon Jay (norteamericano de padres cubanos) y Clayton Kershaw (EE.UU.), además de los cubanos Alexei Ramírez, Bryan Peña, José Dariel Abreu y Yasiel Puig.
Se espera que en el contexto de la presentación del Tampa Bay Rays y en los próximos meses también viajen a La Habana otros directivos, beisbolistas activos y retirados de Cuba y Estados Unidos, con el propósito de construir una plataforma de trabajo entre la MLB y la FCB.
Queda por ver, entonces, el impacto que puede tener el partido del venidero 22 de marzo y las acciones por venir en el ámbito estrictamente deportivo, porque en el campo de las relaciones Cuba-Estados Unidos ya muchos lo consideran un «jonrón de la diplomacia», como afirma Dayán García, periodista de la revista Bohemia y la Televisión Cubana.
me gustari vver el juego entre esos dos titane
quisiera ver por tv el juego