Un avión de transporte militar ruso trasladó a Moscú 10 cadáveres y 84 fragmentos de las personas a bordo del TU-154 accidentado en Sochi, en medio del duelo nacional que vive ese país
La nave del Ministerio de Defensa también transportó a esta capital pedazos del aparato aéreo para su investigación, luego del desastre ocurrido ayer apenas dos minutos después del despegue del TU-154 con 92 personas a bordo, incluidos ocho tripulantes.
Después de 24 horas de búsqueda en tres turnos, en una operación con participación de tres mil 500 militares, fueron rescatados un total de 11 cadáveres y 154 fragmentos de los cuerpos sin vida de quienes viajaban ayer a la provincia siria de Latakia.
Los cadáveres y restos de fallecidos son llevados al 111 Centro Forense y de Criminalística del Ministerio de Defensa en esta capital.
De acuerdo con el titular de Transporte Maxim Sokolov, al frente de la comisión estatal para organizar la búsqueda, en esa operación participan 39 buques, 135 buzos, siete aparatos de profundidad, cinco helicópteros y dos batiscafos.
Sokolov afirmó que después de la búsqueda de 10,5 kilómetros cuadrados, varios de los restos de los fallecidos y partes de la nave rusa pueden encontrarse fuera de la frontera rusa, en la autoproclamada república de Abjasia.
Pero la prensa rusa informó que 30 socorristas abjasios ya trabajan en cooperación con las autoridades de este país.
El titular de Transporte descartó el terrorismo como principal causa del desastre del avión en el que viajaban, además, ocho oficiales, nueve periodistas de tres canales nacionales y 64 miembros del Conjunto Académico Estatal de canto y danza de Alexandrov.
Pero, Sokolov afirmó que la versión final la deberá determinar un grupo especial de investigación de la fiscalía militar.
La jefatura de la Fuerza Aeroespacial rusa señaló que esta misma jornada podría determinar el lugar exacto de la caída del avión, cuyos fragmentos quedaron esparcidos en un radio de 1,5 kilómetros y a una profundidad entre 50 y 100 metros.
Tras despegar a las 5:25 de la mañana del aeropuerto Adler de Sochi, con destino a la base rusa de Jmeimin, en la provincia siria de Latakia, después de hacer una pausa para suministro de combustible, el avión hizo un giro busco de regreso y desapareció de los radares.
En Grozni, el máximo dirigente checheno, Ramzan Kadirov, propuso poner el nombre de Elizabet Glinka a una clínica infantil. Glinka dirigía la organización filantrópica Ayuda Justa, que atendía a menores con enfermedades crónicas o en situaciones de conflicto.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.