El Comandante en Jefe ha sido la única persona en la humanidad que ha tenido preocupación por todos y especialmente por los niños, los jóvenes, las mujeres, los obreros y los campesinos.
Es por eso que puedo asegurar que el pueblo cubano mantendrá vivo el legado de Fidel, su constante preocupación y ocupación por el bienestar y la felicidad de los cubanos, los latinoamericanos y caribeños, de la Patria Grande como le llamó nuestro Héroe Nacional José Martí.
Con Fidel los pueblos de América y África fueron más libres. Fidel preparó un gran ejército de batas blancas y de educadores que han llevado el pan de la enseñanza y la salud pública a los más recónditos lugares de la geografía universal. En ese sentido, y por las enseñanzas que le ha transmitido y el apoyo que le ha brindado a esos pueblos hermanos y a sus líderes, es que su ejemplo ha significado también mayor bienestar para millones de pobres en el mundo, que han aprendido a conquistar su propia independencia.
Por eso decimos que los ideales de Fidel traspasaron las fronteras de Cuba y les pertenecen a todos los pobres, intelectuales y hombres de ciencia del universo, porque también advirtió de los peligros del cambio climático y luchó por la unidad de todas las naciones para salvar a la especie humana.
La vida de cada combatiente es la historia viva
Para nosotros, como para todo el pueblo, ha sido un golpe muy duro la pérdida del Comandante en Jefe. No obstante, la Revolución tiene que continuar, el propio Fidel nos enseñó que vencen los que luchan y resisten y nosotros, en su ausencia, lo menos que podemos hacer es continuar la obra revolucionaria que él forjó junto al pueblo.
A los miembros de la Asociación de combatientes de la Revolución Cubana nos corresponde mantener vivo el ideal revolucionario al que Fidel consagró su vida, encauzar las ideas y conceptos del Comandante en Jefe a través del trabajo patriótico, militar e internacionalista con las nuevas generaciones, desde las enseñanzas Primaria, Secundaria, Media Superior y con los jóvenes que estudian en las universidades, los jóvenes trabajadores, campesinos e intelectuales. La vida de cada combatiente es la historia viva del proceso revolucionario. Compartirla con los demás es nuestro deber y contribuir de ese modo a desarrollar los sentimientos de patriotismo en las actuales y venideras generaciones de cubanos.
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