Desde hace un cuarto de siglo, el Hospital Provincial de Rehabilitación Doctor Faustino Pérez Hernández ha traído alivio a no pocos pacientes de todas las provincias cubanas
Un accidente de tránsito en un motor le trastocó completamente el destino al joven Carlos Vega Pérez hace más de cuatro años. Para qué hablar del desasosiego en el que se sumergió su familia villaclareña y matancera al conocer el diagnóstico médico: trauma craneoencefálico con hemiplejía derecha. En otras palabras: su cuerpo parecía sin vida sobre la cama.
Cierta luz vieron todos ellos cuando supieron de la existencia del Hospital Provincial de Rehabilitación Doctor Faustino Pérez Hernández, de Sancti Spíritus, única institución de su carácter fuera de la capital cubana, fundada el 15 de junio de 1991 y cuyo inmueble principal fue construido en 1943 —conocido como Villa Jacobita— a un lado de la carretera a Zaza del Medio.
HOSPITAL ADENTRO
Brindar servicios asistenciales altamente calificados en Medicina Física y Rehabilitación, dirigidos a pacientes ingresados o ambulatorios, en función de devolverles el bienestar biológico, psicológico y social, así como reincorporarlos sociolaboralmente constituyen la razón de ser de este centro, compuesto por más de un centenar de trabajadores, entre médicos, enfermeros, técnicos y personal administrativo.
Diseñado con 34 camas hospitalarias —una decena de estas destinadas al Programa nacional de neurorrehabilitación integral de atención a pacientes con esclerosis múltiple—, la unidad asistencial promedia 411 ingresos al año y beneficia, además, a enfermos de modo ambulatorio, todos bajo la mirada de los especialistas y técnicos.
Para acceder a la institución, los pacientes son atendidos primeramente, como regla, en las salas de rehabilitación integral, donde aquellos con padecimientos más complejos se remiten al centro hospitalario.
Una vez llegados a la institución médica —indica la doctora Marena Simó Calzada, al frente del Faustino Pérez Hernández—, los enfermos son evaluados por una consulta especializada multidisciplinaria.
Enfermedades neurológicas, así como lesiones raquimedulares, del nervio periférico y traumáticas o no traumáticas del Sistema Osteomioarticular adquieren la condición de más recurrentes atendidas en el hospital espirituano.
Consultas de Medicina Física y Rehabilitación, de Defectología, Medicina Natural y Tradicional, Logofonología y de Psicología permanecen a disposición de los pacientes, procedentes de todas las provincias cubanas y del municipio especial de la Isla de la Juventud.
Para el proceso de rehabilitación gradual de los aquejados, se dispone de dos áreas básicas: la piscina termal con su servicio de hidroterapia, y el gimnasio fisioterapéutico, donde existen las modalidades de termoterapia, podología y electroterapia, entre otras. A la par de ello, se integran técnicas kinésicas y la terapia ocupacional, en dependencia de los diagnósticos y los tratamientos de cada persona.
La doctora Marena Simó enfatiza la trascendencia de recurrir, además, a la rehabilitación cognitiva, que beneficia a quienes padecen de esclerosis múltiple y otros con alteraciones en esta esfera. “Los psicólogos realizan una intervención integral a estos pacientes y les dan seguimiento durante el ingreso; en el caso de los no hospitalizados también se someten a algunas consultas”, acotó la directora.
POR MÁS CALIDAD DE VIDA
Sentada en uno de los bancos, bajo los nísperos a punto de madurar en los ramajes, Elsa Alfonso Ricabal, quien ha estado ingresada en 15 ocasiones en el Faustino Pérez Hernández, sintetiza en apenas una frase la calidad de las atenciones recibidas allí: “Yo entré aquí en silla de ruedas y ya usted me ve”.
Esta cienfueguera se incluye entre los más de 400 cubanos favorecidos por el Programa nacional de neurorrehabilitación integral a pacientes con esclerosis múltiple, rectorado a nivel de país por la institución espirituana, en vínculo con el Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), localizado en La Habana.
De causa desconocida, dicha afección afecta el sistema nervioso central y no pocos constituyen sus síntomas; entre estos, la literatura médica refiere la pérdida del equilibrio, espasmos musculares, problemas visuales y con el habla, así como dificultades con la memoria y en el razonamiento.
“Esta enfermedad es incurable, pero todo está en que no te dejes vencer por ella”, reflexiona Elsa Alfonso, quien asegura haberlo logrado con el apoyo del personal médico y paramédico del colectivo espirituano. “Aquí todo es especial; por eso, le pusimos el Hospital del afecto”, sostiene la residente en Cienfuegos, de donde llegó en silla de rueda, luego anduvo con muletas y ya lo hace con sus propios pies.
Tal como lo consignan los especialistas de la institución en diversas investigaciones emprendidas, después de la aplicación del mencionado programa nacional en el 2003, los pacientes aquejados de esclerosis múltiple atendidos allí, como tendencia, muestran una mejoría en la calidad de vida y en su reincorporación social.
Gradualmente, por ese rumbo también desanda Carlos Vega Pérez, según comenta su mamá, la villaclareña Ana Pérez Peraza, quien reconoce los progresos paulatinos —incluso en el habla— de su hijo, víctima de aquel accidente de tránsito que trastocó la vida del joven y de su familia.
“Esto es sin apuro, pero se avanza”, señala la madre luego de los tres ingresos de Carlos, de ocho semanas cada uno. “No tengo cómo pagar lo que han hecho aquí por mi hijo”. Y la frase cierra oportunamente mi agenda hasta la próxima visita a la otrora villa Jacobita.
ola eso es muy terible
FELICIDADES PARA TODOS LOS TRABAJADORES DE ESTE CENTRO POR EL BUEN TRABAJO QUE REALIZAN.
Construido en 1943 , eso si era construir con calidas caray.