De las 30 ediciones que completará el Marabana este domingo, Luis Félix Borroto Lapera protagonizará su número 23, la mayor cantidad de participaciones de un espirituano
Desde que en 1994 se sumó a la maratón de Cuba, El Jaba’o ha estudiado una estrategia ganadora: “Simón, mi primer entrenador, me enseñó a correr 21 kilómetros, luego del 2001 continué solo, estudiando en los libros. Aprendí a hacer carreras en diferentes distancias: el lunes corro 10 kilómetros; el martes, 12; el jueves, 6, el viernes 5 kilómetros rápido, y el sábado se hace la distancia que vas a correr en la competencia y así, según se acerca la competencia, va subiendo el por ciento de preparación física y se sube la velocidad”.
Para él Marabana no es llegar y correr, como algunos suponen. “Hay que prepararse física y mentalmente porque es una carrera muy fuerte, pues el que va corriendo junto a ti te lleva a su velocidad y si te guías por quien corre más que tú, pierdes el ritmo de tu preparación, tienes que acomodar tu paso a lo que entrenaste. Corro diariamente 12 kilómetros a las seis de la tarde y los sábados, 24. Voy de la pista de atletismo hacia Tuinucú, regreso y de ahí a Chambelón, sin tomar agua y sin nada”.
El maratón le ha dejado no solo cansancio en los 21 kilómetros o los 42 que ha transitado cuatro veces. Archiva varios primeros lugares en diferentes categorías como las cinco ocasiones sucesivas en el 40-45 años. Siempre ha sido el uno o el dos en los diversos segmentos etarios y ha ocupado los lugares del 14 al 32 en la ubicación general. Ha ganado en el Maracuba, evento que aprovecha porque, según él, se hace el sábado y son solo 4 kilómetros.
Su resistencia debe haberse fraguado en más de tres décadas como constructor, técnico en Construcción Civil, albañil o los 47 como “atleta”. Su hoja de servicios incluye Juegos de los trabajadores con medallas de los tres colores, el Barrientos, la Copa Cuba, las Olimpiadas del Deporte Cubano, el Rafael Fortún, la Dinamo y el evento Moncada.
Pero Borroto Lapera tiene una satisfacción singular: “Ser de Sancti Spíritus, correr por aquí y ser constructor. Si no corro me enfermo, veo una competencia y me pica el bichito y participo aunque no gane porque a mí me gusta correr”.
Es un proyecto personal que defiende tanto como su familia, o su esposa Élsida González, que lo acompaña en sus viajes como un ángel de la guarda a esa hora en que los competidores no son contrarios: “Nos vemos una vez al año, nos damos aliento, hablamos de la familia, de la vida, es una confraternidad entre compañeros”
Para validar su elección ahí están sus 62 años que no se advierten: “No me dejo poner gordo, como normal y tengo una disciplina de entrenar diario. No me canso nunca ni trabajando ni corriendo”.
A punto de partir a la capital, la noticia reafirma el récord de participantes: más de 4 700. Sin embargo, El Jaba’o permanece inmutable. “Correré en la categoría de 61-65 años donde hay como 160 cubanos y varios extranjeros. Ahí no hay quién me gane”.
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