La multifacética Mayra Teresa González disfruta cada una de sus tareas, pero su mayor pasión es ser la chef principal del restaurante Pío Lindo, en Sancti Spíritus
Poco a poco la conversación se torna cada vez más agradable entre Mayra Teresa González, la chef principal del restaurante Pío Lindo en Sancti Spíritus, y Escambray; porque mientras habla una expresión de gratitud y modestia se refleja en su rostro. Nada de atributos personales ni loas inmerecidas, su mirada delata esfuerzo, empeño, amor por lo que hace y, sobre todo, la voluntad de entregarse cada día al trabajo para recibir, como única recompensa, la satisfacción del cliente.
¿Cómo llega a la cocina?
Mis inicios no fueron en la Gastronomía, soy Licenciada en Educación, fui maestra de primaria y trabajé varios años en escuelas del territorio: la Serafín Sánchez, Manolo Solano, Máximo Gómez, pero por problemas en las cuerdas vocales tuve que dejar a un lado esa profesión que tanto amo. Entonces llegué al restaurante El Pollito y solicité trabajo, primero fui fregadora, pero al mes de estar aquí hice mi primera comida; la cocina para mí era un hobby, pero desde entonces se convirtió en mi pasión.
¿Empírica o profesional?
Claro que estudié, uno nunca se las sabe todas, pasé varios cursos en la Casa de la Culinaria, con Raúl, ese excelente chef espirituano, de él aprendí mucho, pero la iniciativa es fundamental en esta actividad, si no creas nuevos platos y le pones un toque de sabor que te distinga, todo sabe igual.
He ganado muchos eventos con mis elaboraciones: fórums, encuentros de técnicas gastronómicas, competencias de Chef, pero la mayor recompensa es salir al salón del restaurante, cuando los clientes están degustando la comida y que alguien te felicite por la buena calidad de la misma.
¿Y qué hay de la Mayra dirigente de base?
Llevo una vida muy ocupada, en el Reparto Escribano, donde vivo, soy secretaria del bloque de la FMC Celia Sánchez Manduley, también presidenta del CDR No. 4, delegada de la Circunscripción No. 6 del Poder Popular y secretaria de la Sección Sindical del centro desde hace 27 años.
A veces me preguntan cómo puedo con tantas responsabilidades, pero no me agotan. En la FMC atiendo a las jóvenes de mi delegación y las incorporo al trabajo comunitario, desarrollando talleres de Corte y Costura, Artesanía y Culinaria, y por estos días hicimos un evento literario en saludo al 90 cumpleaños de Fidel para seleccionar la ponencia más relevante que enviamos al municipio.
¿Cómo lleva su vida personal?
Para todo hay tiempo, en mi casa soy la guía, tengo dos hijas y cuatro nietos, una de ellas es farmacéutica; la otra sigue mis pasos en la gastronomía, eso sí, nada es más importante que la familia, será por eso que todo el mundo me quiere, me busca y consultan conmigo cada preocupación. A más de un vecino le he resuelto problemas con mi gestión de Gobierno, a más de una muchacha he aconsejado para que se inserte al estudio o al trabajo, y en el centro laboral no se mueve ni una planta sin que me lo consulten. Eso se llama respeto y consideración.
¿Si tuviera que escoger entre el magisterio y la cocina, con cuál se quedaría?
“Amo la labor del maestro y sé muy bien la importancia que tiene para la formación de cualquier ser humano, pero la cocina de mi restaurante es como mi segunda casa. Cuando llego al centro y veo lo lindo que quedó después de que lo reconstruyeron, no pienso en la jubilación, ni en otra cosa que no sea trabajar y que todo salga cada día mejor”.
En los casi 30 años que lleva Mayra de cocinera del mismo restaurante muchas han sido las gratificaciones. Haber participado en varios congresos sindicales representando a los trabajadores del sector, ser Vanguardia Nacional por más de 15 años, alcanzar la distinción Fernando Chenar Piña y recientemente asistir como delegada directa a la Conferencia Nacional del Comercio y la Gastronomía son algunas de las más significativas.
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