Cuba denunció este martes en la ONU el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero que le impone Estados Unidos en el progreso de las mujeres de la isla
‘El bloqueo constituye una forma de violencia directa e indirecta que impacta y entorpece el disfrute de los derechos fundamentales de las cubanas, incluyendo su derecho al desarrollo’, afirmó la embajadora Ana Silvia Rodríguez en la continuación de las sesiones de la Tercera Comisión de la Asamblea General.
La representante permanente alterna precisó ante el comité encargado de los asuntos sociales, culturales y humanitarios que Cuba considera la eliminación de todas las medidas coercitivas unilaterales un paso clave para erradicar en el planeta los atropellos contra las féminas.
De acuerdo con Rodríguez, el cerco de Washington, vigente por más de medio siglo, no ha sido un obstáculo para que el país caribeño muestre importantes avances en materia de igualdad de género y empoderamiento de la mujer.
Pese al bloqueo estadounidense, Cuba mantiene su voluntad política para cumplir con los acuerdos internacionales adoptados para garantizar los derechos de las féminas, dijo.
En su intervención en la Tercera Comisión de la Asamblea, la diplomática destacó que las mujeres en la isla perciben igual salario que los hombres por trabajo de igual valor y tienen derecho a pensión por viudez, invalidez total o parcial, la tierra, recibir créditos bancarios, la educación y la salud gratuitas, y a licencia de maternidad retribuida hasta un año después de nacido el bebé.
Asimismo, la Embajadora mencionó la inserción de las mujeres en el mercado laboral, con una tasa de desocupación femenina inferior al 3,5 por ciento, y la vida política, con casi la mitad de los parlamentarios (48,9 por ciento) y los miembros del Consejo de Estado (45,2).
‘Con sano orgullo, resaltamos el reconocimiento hecho por la Organización Mundial de la Salud a Cuba como el primer país del mundo en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH/Sida y la sífilis congénita’, agregó.
Respecto al escenario mundial, lamentó la situación de millones de mujeres azotadas por la pobreza, el desempleo, la discriminación laboral, el tráfico humano y la violencia física y sexual.
Para superar esto, urge la consecución de un nuevo orden internacional justo y equitativo, marcado por la erradicación de la pobreza y el hambre, el fin de las guerras, la preservación del medio ambiente y el dominio de una visión que privilegie al ser humano por encima del capital, subrayó.
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