La salida de las delegaciones, entre quienes se incluyó el presidente de Cosa Rica Luis Guillermo Solis, fue una nueva señal de rechazo a reconocer el gobierno que lidera Temer desde que el Senado brasileño determinó destituir a la jefa de Estado electa por voto popular, Dilma Rousseff.
Presidentes de varios países, instituciones internacionales y figuras conocidas mundialmente condenaron la decisión, calificada por muchos como un golpe de estado parlamentario contra la mandataria constitucional.
Rousseff, quien en 2014 fue reelecta presidenta del Brasil con más de 54 millones de votos, fue removida de su cargo por mayoría de votos, tras un proceso en el cual se le acusaba de irregularidades, aunque no se pudo comprobar ningún cargo de corrupción en su contra.
Tras conocer la noticia, la cancillería ecuatoriana afirmó en un comunicado oficial: El Gobierno del Ecuador rechaza la flagrante subversión del orden democrático en Brasil, que considera un golpe de Estado solapado.
‘Políticos adversarios y otras fuerzas de oposición se confabularon contra la democracia para desestabilizar al Gobierno y remover de su cargo de forma ilegítima a la presidenta Dilma Rousseff’, precisó.
En el texto, las autoridades consideraron que el espurio procedimiento de destitución llevado adelante en instancia legislativa, no cumplió con el requisito fundamental de probar los delitos de responsabilidad por los cuales fue procesada la mandataria.
Igualmente, denunció que un número importante de los senadores participantes en el proceso de juicio político a la Presidenta son investigados por graves actos de corrupción.
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