Mientras la producción y entrega de leche en Sancti Spíritus reflejan crecimiento, el pago de la industria láctea a los productores ha mostrado irregularidades y dilación.
Una regla comercial presupone el pago de la mercancía en el acto de adquirirla; pregúntesele a cualquier productor del sector cooperativo y campesino si puede comprar fertilizante o un machete sin dinero mediante. En el caso de la leche que se entrega a la industria en Sancti Spíritus, se ha pactado una fórmula de contrato que define, una vez acopiada la producción del mes, conciliar en los siguientes días con las bases productivas y, a partir de ahí, el Lácteo dispone de 30 días para efectuar el pago.
Desde este basamento teórico el proceso no vislumbra sus complejidades ni tampoco la inconformidad que tal mecanismo crea entre los productores, sobre todo, en aquellos que tienen en la leche el sostén principal de sus ingresos, porque el cobro puede llegar a los 40, 50, 60 días y más, como ocurrió con el pago del producto acopiado en julio y agosto.
Escambray hace una mirada a las disímiles interioridades del asunto sobre la base del parecer de los productores, el Lácteo, el Banco, la ANAP y la Agricultura. El recuento saca a relucir la dilación en los mecanismos de pago, la falta de comunicación con las bases productivas, la venta de leche por la izquierda como vía de enfrentar los gastos de la familia, la tensa situación financiera y tecnológica de la industria láctea espirituana y las deudas que tienen otras empresas con esa planta.
AL PIE DE LAS VAQUERÍAS
Productores y acarreadores de las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) José Regino Sosa y Camilo Cienfuegos, asentadas en los bordes de la cabecera provincial, enunciaron la inconformidad generalizada con el atraso del pago de la leche. “Si voy a la tienda y no llevo el dinero no saco los mandados, entonces, ¿por qué a mí me tienen que demorar el pago de una producción que entrego todos los días?, enuncia Manuel Almanza Álvarez, campesino y acarreador.
Para atenuar el impacto en el productor, la CCS José Regino Sosa asume el pago con el fondo de la cooperativa, más la demora a la hora de recuperar el dinero pone en jaque las operaciones de la CCS, compromete la continuidad del mecanismo y la compra de otras producciones, refiere Alexis Cordoví, presidente de esa base campesina.
“El problema está —precisa—, en el proceso de contratación, a la hora de conformar el contrato el año pasado las cooperativas proponían conciliar la leche a los 15 días y pagar, pero se nos impuso la contratación del mes conciliado. Hay que pasar a otro plano y como mismo se le exige al campesino que entregue la leche y cumpla su plan, tiene que haber seriedad en el pago, sabemos que el Estado la subsidia y que hay un crecimiento de la producción, pero la industria debe acortar el período de pago”.
Aunque la CCS cumple el aporte de leche, algunos acarreadores sostienen que hay desvío. “En la ruta tengo productores que me han dicho: ‘La de mañana no vengas a buscarla, voy a hacer un dinero’. No es lo correcto, pero el campesino tiene que resolver las necesidades del día a día”, expresa Onel Lizano Mayea, también secretario del núcleo del Partido en la cooperativa.
Las reuniones de impago en el municipio de Sancti Spíritus han perdido carácter, acota Ada María Pérez, económica de la CCS Camilo Cienfuegos: “Algunas se han dado hasta en el bulevar, no va la Agricultura, ni el Poder Popular, ni el Partido, así no hay soluciones; pero no hicieran falta esos encuentros si se cumpliera la regla de que el que compra debe pagar”.
IMPAGO REBAJA LA LECHE
En la CCS Bienvenido Pardillo, enclavada en Guasimal, los atrasos en el pago de la leche alcanzan mayores dimensiones porque se trata de la única cooperativa de la provincia que acumula siete años consecutivos aportando un millón de litros de leche y las deudas financieras allí, en un mes, rebasan el medio millón de pesos.
Por la demora del pago a los campesinos ha bajado la entrada de leche al punto refrigerado, asegura Marta Rayas Mederos, a cargo del laboratorio. “De un mes a otro esa merma puede estar en el orden de los 800 litros y más; cuando le pregunto al productor por qué trae menos, me dice: ‘Porque no pagan’. Estoy segura de que si pagaran en tiempo y forma al campesino hubiera más leche”.
Para el veterano Eduardo Hernández Muñoz, este alimento es un asunto de subsistencia familiar. “Vivimos de eso, cuando estoy apreta’o dejo algunos litros para vender y comprar jabón y esas cosas”.
“Nadie de afuera viene a la asamblea a decirnos a qué se debe esta demora. Pudiera entregar más leche, pero vendo todo los días para el diario de la casa 5 litros que son 25 pesos; si pagaran en tiempo no tendría que hacerlo”, relata Yorqui Martínez García.
En esta cooperativa la incidencia principal de la disminución de la entrega de leche obedece al impago, según sostiene Orlando Obregón Medinilla, presidente de la CCS. “Esa afectación puede llegar hasta los 1 000 litros al mes, nos preocupamos por dar una respuesta a la asamblea de campesinos, se mantiene la exigencia, el trabajo político, pero ya no tenemos forma de justificar el atraso y la gente no entiende. Cobramos el mes de julio 80 días después de la primera entrega, la de agosto no sabemos todavía. Aún así, tenemos 114 000 litros por encima del plan.
“Hasta marzo la cooperativa resolvió con un crédito de comercialización de 250 000 pesos, pero a partir de abril subió la producción y ya ese crédito no cubría. Estamos tramitando otro de 500 000 pesos para enfrentar el pago”, añade Orlando Obregón.
INDUSTRIA EN JAQUE
Leovigildo Jiménez Bécquer, director general de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, explica que a partir de julio comenzaron las dificultades con el pago de la leche. La deuda con los campesinos ese mes fue de unos 29 millones de pesos.
“De esa partida la industria debe buscar financiamiento para pagar una parte, la empresa genera ingresos mensuales sobre los 12 millones de pesos, el resto del dinero lo entrega el grupo empresarial de esta rama a través del Ministerio de Finanzas y Precios, pero hubo problemas con esos fondos y no nos llegó el subsidio en tiempo.
“A eso se unieron las deudas que tienen con la industria Comercio, otros organismos del territorio y el Lácteo Habana, tenemos un crédito con el Banco, pero al no entrar el dinero por nuestras operaciones no podemos revolverlo, de manera que fallaron las dos partidas financieras y no tuvimos liquidez para el pago de julio; después tuvo una solución, aunque demorada, En agosto nos pasó algo parecido, son más de 27 millones de pesos a pagar por la leche acopiada, el 28 de septiembre nos entró un financiamiento y debemos empezar a pagar; sí, corremos el riesgo de caer en impago con algunas bases según lo contratado”.
De acuerdo con Jiménez Bécquer Sancti Spíritus es la provincia más acopiadora de queso campesino del país y la segunda mayor productora de leche; sin embargo, la industria no está a la altura financiera ni tecnológica para encarar tal respuesta productiva, al punto de que tiene capacidad para procesar diariamente unos
65 000 litros y los recibos en este período llegan hasta los 115 000; “la producción se ha ido por encima de las posibilidades de la industria y hemos tenido que desviar leche a otros territorios, principalmente a La Habana”, añade la fuente.
“Como industria es una debilidad que tenemos, hay que lograr más eficiencia y eficacia para disminuir el plazo de pago, pero hasta que el Lácteo no esté en una mejor situación financiera tenemos que mantener esa forma del término de pago”, señaló el directivo.
LAS DEUDAS CRECEN
El Banco Popular de Ahorro (BPA) le tiene aprobado al Lácteo espirituano una línea de crédito revolvente por un monto de 40 millones de pesos, con lo cual se debieran suplir los problemas que pueda presentar la industria en un mes relacionados con la llegada del subsidio o el atraso en los pagos de sus clientes fundamentales, expresa José Couso Villarreal, jefe del departamento de Banca de Negocios.
“En realidad el crédito no le está cubriendo el pago de la leche porque los montos de deudas por cobrar son bastante elevados, por ejemplo, solo otras entidades de la Unión Láctea le deben a la industria de Sancti Spíritus más de 9 millones de pesos. Los indicadores económicos de la empresa espirituana ya están en un nivel de endeudamiento que no le permiten al Banco concederle más financiamiento y, a mí criterio, tiene una situación financiera crítica por dos razones: deficiente gestión de cobro y un capital de trabajo negativo de 20 millones de pesos”.
En busca de adelantar dinero de la deuda contraída por organismos del territorio con la industria –cifras actualizadas la sitúan en unos 14 millones de pesos—, el BPA, de conjunto con el Banco de Crédito y Comercio, le aprobó una línea de descuento de letras por un monto de 5 millones, mecanismo que viene a aliviar parte del pago a los productores, aunque engorda el nivel de la deuda del Lácteo con el BPA “que hoy asciende a 60 millones, 40 de la línea de pago vigente, 15 de una línea vieja renegociada y ahora los 5 de las letras de cambio”, refiere Couso Villarreal.
A criterio de David Alonso Brito, miembro del Buró Provincial de la ANAP que atiende la esfera agroalimentaria, se requiere mayor agilidad por parte del Lácteo. “Las Cooperativas habían conciliado la leche de agosto el día 8 de septiembre y el día 16 me entrevisté con los compañeros de la industria y todavía no habían enviado el resumen de la conciliación para pedir el subsidio; eso es parte de la demora y la opinión de los campesinos con el pago es desfavorable, hasta donde conozco es un problema solo de Sancti Spíritus”.
Juan José González Nazco, delegado de la Agricultura en la provincia, reconoce que muchos de los productores de leche basan su economía en ese renglón y necesitan el dinero mensual acorde con los gastos que implica la actividad, de manera que la problemática del pago puede tener impacto en la producción.
“En los números no lo da, pero sí tiene incidencia, hay campesinos que la venden por fuera porque les hace falta el dinero, quizás es un número menor de productores y es hasta difícil ir a cuestionar eso; si se pagara más rápido hubiera más leche y si el Lácteo tuviera otra situación no existiría este problema”.
Muy de acuerdo con los campesinos que se levantan todos los dias desde muy temprano y terminan bien tarde para cumplir con sus planes y poner la leche en los lugares que son necesarios para que esta llegue a los destinatarios finales, es muy duro ese trabajo tengo familia que se dedica a ese trabajo y aveces es hasta muy dificil poder compartir con el por el trabajo diario que realizan, además tuve la oportunidad de ver como tenían que inventar para poder subsistir en los meses que no se les aga puntual porque viven de eso y se han dedicado de cuerpo y alma a esa producción. Pero lo que mas me duele es que todos saben eso y el dinero se demora
Hola Felo!
Hay cosas que no se entienden , pero por desgracia son así.
El Perez
Es una falta de respeto al trabajo campesino.
Los campesinos deberían de pasarle los gastos de prestamos al causante de esa situación.
no justifico lo que hacen pero en ocaciones esas personas que viven de lo que producen en el campo tienen que esperar meses para cobrar alguna venta que le hayan hecho al estado ya sea frijoles, mais, etc, pero cuando esto pasa nadie dice nada, sin embargo no puede pasar que un productor le deba al estado pero el estado si puede tener deudas con ellos ¿por qué?