El libro de la camagüeyana Elsa Gutiérrez Baró fue presentado en Trinidad como parte de la XXV Feria del Libro en Sancti Spíritus
Lástima que algunos asientos quedaron desiertos. Lástima que la edad promedio del público estaba de los 65 años hacia arriba. Tal vez de haber asistido con sus hijos o nietos, la presentación del texto hubiese resultado una especie de case magistral para la familia.
El mensaje, no obstante, viaja ahora en los bolsos de los miembros de la cátedra del adulto mayor adjunta a la Filial Universitaria Julio Antonio Mella, de Trinidad, quienes se convierten en voceros de los saberes de Las edades de la senectud, especie de Santo Grial para los que peinan canas y sienten los achaques del tiempo.
“No lo he leído aún, pero esto parece ser un manual ideal para nuestra edad. Trae ejercicios que podemos realizar para sentirnos mejor”. “¡Mira, y habla hasta de la jubilación!”. “Es un libro más bien para toda la gente de la casa, de esos que valdría la pena leerlo todos, aunque lo dudo mucho con el ritmo de la vida, pero no está de más intentarlo. “Me parece que va a ser como si me estuviera mirando al espejo”, confesaron a Escambray al minuto de adquirir un ejemplar y luego de escuchar a la investigadora trinitarias Bárbara Venegas, encargada de la presentación del volumen.
En un país signado por el envejecimiento poblacional, Las edades… viene a ser una suerte de faro esperanzador, una vuelta de página al asunto de la ancianidad, un nuevo prisma para enfrentar las arrugas. Esta vez las estadísticas resultan meras pinceladas para enriquecer los testimonios de los que demuestran, desde la experiencia cotidiana, el rostro alegre de la vejez; intención complementada, además, con entrevistas a especialistas.
“La cercanía del texto es lo que más agradece el lector a Elsa Gutiérrez Baró, doctora en Ciencias Médicas y profesora de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, que con inigualable maestría ofrece consejos prácticos (otro elemento a favor del libro: tener los pies en la tierra) como preparación a esta etapa de la vida.
“A lo mejor puede pensarse que los ancianos del libro proceden de otro país; no porque no existan en Cuba, sino porque estamos frente a una imagen diferente de la que habitualmente tenemos de los ancianos: trabajando en el jardín, desarrollando actividades físicas para elevar la calidad de vida. Más bien la familia y hasta los propios abuelos creen que cuando llega cierta edad, quedan para buscar los mandados, ver televisión, acostarse temprano y estar todo el tiempo en una silla”, refirió Bárbara Venegas.
Seis capítulos disertan sobre la seguridad social en la Isla, la importancia del sueño, el proceso de jubilación, entre otros tópicos matizados con refranes, poemas… en pos de comunicar objetivos básicos del contenido a usuarios de cualquier edad, escolaridad, profesión, posición filosófica y posición económica, según refiere en el prólogo el doctor Ricardo González, profesor consultante de la facultad universitaria general Calixto García.
Con una nueva tirada tras el debut en 2008, la editorial Científico Técnica pone en manos de los lectores la prueba fehaciente de que, tal y como aparece agazapado en una de las páginas, “envejecer es solo una costumbre; el hombre ocupado no tiene tiempo de adquirirla”.
Gracias por este muy bueno trabajo.
Yo comprà el libro a Trinidad nel mes de marzo 2016 cuando fuè a Cuba.
Yo spy un «volontario» de un centre para la prevencion de Haltzhaimer en Italia – genova (CREAMCAFE- Creative mind cafe) y aprecio mucho este libro, muy precioso.
Queridos saludos.
paolo tellarini
Es necesario que aparesca en formato digital es un medio ideal para su divulgación.