Los totales de lluvias acumulados en noviembre, diciembre y enero representan los mayores para esos meses desde el año 2000
Llueve pero persisten áreas con sequía hidráulica en Sancti Spíritus
El Niño augura más lluvia (+ Mapa)
Transcurrida la mitad del período seco a pocos asombra ya el comportamiento de las precipitaciones, que la zafra azucarera padezca los contratiempos climáticos, que se ahoguen los frijoles de Jarahueca y, si no fuera por el calendario, se pudiera pensar que esta es la primavera.
Mas en este campo las mediciones se convierten en la huella del tiempo y dan matiz a las noticias: los totales de lluvia de la provincia en noviembre, diciembre y enero, bien por encima de los promedios históricos, se inscriben como los mayores para esos meses en los últimos 15 años.
Claro, nos referimos a períodos donde las láminas mensuales son discretas, pero el régimen lluvioso que se manifiesta actualmente asociado al evento El Niño resulta atípico y, por ejemplo, las precipitaciones archivadas en enero en varias localidades de Yaguajay —acumulados mensuales incluso superiores a los 200 milímetros— no tienen precedentes en la provincia en esta época desde el año 2000 hacia acá, confirma a Escambray la especialista de Recursos Hidráulicos Betsy Arteaga.
Cuando se habla de lluvia y agua en Sancti Spíritus siempre hay que mirar ese termómetro llamado presa Zaza —principal embalse de Cuba— porque su cuenca viene siendo como el mayor aljibe del territorio y allí se reflejan datos de interés.
Hacía rato que el río Zaza no alimentaba tanto la presa en el primer mes del almanaque y la especialista reveló que la estación hidrométrica Paso Ventura, situada en ese cauce, reportó como resultado de las precipitaciones ocurridas en esa etapa el escurrimiento hacia el embalse de 16 millones de metros cúbicos agua, el más grande para un mes de enero desde el año 2001.
Aun cuando el acuatorio tiene detenida la entrega de líquido por la reparación del Canal Magistral, resulta llamativo que la Zaza engorde su volumen en la seca y entre noviembre y enero arribaron al vaso 141 millones de metros cúbicos de agua, una entrada poco usual para la época.
Pero son diversos los contrastes asociados a esta especie de primavera invernal, tal es el caso del acueducto en el río Yayabo, en la ciudad espirituana, que en el pasado período húmedo redujo su bombeo al entorno de los 100 litros de agua por segundo y en algunos momentos amenazó con colapsar; si embargo, a esta altura del calendario, cuando históricamente el caudal del río se deprime, la entrega roza la máxima capacidad de los 300 litros por segundo.
Meses atrás, ante el escaso volumen de la presa Aridanes, en Yaguajay, la Agricultura se vio obligada a trasvasar agua del río Jatibonico del Norte hasta el embalse para atender la masa vacuna emplazada en la zona norte y, contra todo pronóstico, ese pequeño acuatorio se llenó en diciembre.
No obstante, el régimen de precipitaciones del período seco no ha borrado del todo la sequía hidráulica, se mantienen afectadas 17 fuentes subterráneas de abasto a la población, más de 8 000 habitantes reciben agua en pipas y, un hecho bien singular: cuatro de esas fuentes subterráneas sin recuperarse se ubican en el municipio de Yaguajay, territorio donde más ha llovido.
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