El estelar jardinero espirituano regresa tras ser intervenido quirúrgicamente dos veces este año —una en su codo derecho, y otra en la rodilla derecha
El 24 vuelve con los Gallos (+audio y video)
Desde el primer día de la 56 Serie Nacional de Béisbol sentí particular interés por el desempeño de Frederich Cepeda, uno de los mejores bateadores de la pelota cubana en la última década, y uno de los peloteros más respetuosos y dedicados que he conocido en el universo de las bolas y los strikes en nuestro país.
Sometido en febrero pasado a la siempre compleja cirugía Tommy John, que consiste en la reconstrucción del ligamento colateral del codo con un tendón de otra parte del cuerpo, además de una operación en la rodilla (reducción del menisco) en enero, el espirituano comenzó el 2016 sumido en sombras, con más dudas que certezas respecto a su regreso a los diamantes.
“Hace años tenía molestias en el codo derecho, el brazo de tirar, pero los médicos aconsejan la operación como una variante extrema. Creo que ese momento llegó en Japón, donde ya los dolores se volvieron muy fuertes, y debía jugar con infiltraciones, una solución a corto plazo”, nos cuenta Cepeda mientras selecciona bates para realizar una práctica en el estadio Latinoamericano.
Precisamente, al terminar en el 2015 sus compromisos profesionales con los Gigantes de Yomiuri, en el circuito rentado nipón, el toletero ambidextro regresó a Cuba con la idea de operarse en noviembre, después del torneo Premier 12.
“Había planificado todo, pero vino un cambio de planes cuando no me incluyen en la selección nacional”, recuerda el espirituano.
“Pude operarme en ese mismo momento, pero se dio la oportunidad de un contrato en Colombia, el cual después se dilató muchísimo y no jugamos hasta enero. Justo al comienzo tuve molestias en la rodilla y decidí interrumpir el compromiso en ese país para pasar por el quirófano”, explica al detalle mientras se coloca las guantillas.
EL PUNTO CERO
Ese interés que tenía por ver a Cepeda de vuelta en los terrenos cubanos se tradujo de inmediato, tan solo después de la primera subserie del campeonato, en una particular alegría, porque el líder ofensivo de los Gallos despachó seis jits en diez turnos, pegó jonrón, doble, anotó tres carreras e impulsó dos, todo frente a los actuales monarcas avileños en sus predios.
La versión arrolladora de ese bateador fuera de serie estaba de vuelta, algo que, transcurridos los primeros 24 partidos de su equipo, podríamos reafirmar si tomamos como referencia su average de 421, con promedio de embasado de 522, siete extrabases, 13 remolques y solo cuatro ponches ocho en 89 comparecencias al plato.
Sin embargo, este no es el mejor Cepeda, y él lo sabe. No lo oculta, porque hacerlo sería un pecado, un acto de irreverencia a los aficionados, a los miles de fieles que veneran su exquisita técnica en el plato y su sangre fría en los momentos cumbres.
“Estoy al 50%, no puedo mentir al respecto, creo que todos pueden darse cuenta. Me sometí a dos operaciones a principios de año, y después afronté los procesos de recuperación, caminando, corriendo, trotando, pero sin hacer pesas ni un entrenamiento a tope”, asegura el campeón olímpico de Atenas 2004.
Entonces, cómo es posible que Frederich esté de vuelta en el cajón de bateo, le preguntamos, y no dudó en aceptar que asumió un gran riesgo con su retorno. “Cuando comencé la rehabilitación, me preocupaba sobre todo el codo, porque los estándares indican que el tiempo de recuperación tras la Tommy John es mayor, pero en Cuba no contamos con una liga menor u otro torneo de rango inferior para realizar un proceso de adaptación y reincorporación paulatina, y me arriesgué a empezar a jugar.
“A veces en la vida uno debe tomar estos caminos, aunque no sean del todo seguros. Debo señalar que, si bien tuve y tengo el apoyo y visto bueno de los médicos, la decisión de jugar es totalmente mía. Consideré que era mejor entrar en calor en el terreno, y no quedarme solo entrenando”, nos comentó el experimentado de 36 años, a quien aparentemente estar a media máquina no lo ha limitado para rendir por todo lo alto.
CON ÍMPETU, PERO SIN PRISA
Como mencionamos, sus guarismos con las estadísticas clásicas son geniales, incluso, ha mantenido una producción igual de eficiente bateando a la zurda (average de 429 con 12 boletos y cuatro dobles) y a la derecha (400 y tres jonrones). No obstante, otros números nos muestran la cautela y la limitación actual de Cepeda, quien ha conectado de rolling el 49 % de sus batazos, el 26 % de línea y solo el 25 % de fly, datos que no se corresponden con sus características de slugger.
“Estoy tirando con la maestría deportiva y tratando de no hacer swines grandes, solo lo pertinente y necesario para poner la pelota en juego. Me estoy preparando en los partidos, adaptándome poco a poco, porque no enfrentaba un pitcher desde que vine de Japón, metido nada más en hospitales y rehabilitación. Lo que no puedo es defender los jardines, pues no debo realizar tiros largos por el daño que provoca al codo”, nos explica, ya ansioso por salir a batear.
“Por ahora solo hago lanzamientos rectos a 40 metros, lo cual tendré que mantener en los próximos meses. Para la segunda ronda, con Sancti Spíritus, o con cualquier otro equipo en caso de que no clasifiquemos y me pidan de refuerzo, no podré tampoco estar en los jardines. Es algo que ya está determinado y no lo voy a hacer, lo asumo como una limitante, pero es la decisión lógica en este momento. Estaré apto para salir en el izquierdo en enero o febrero, sin prisa”, aclara.
¿Qué viene entonces para Cepeda? “He tenido molestias en la rodilla durante este inicio, pero nada grave. Por ahora corro al trote, busco coger bolas y, por encima de todo, ayudar al equipo, compitiendo en buena lid, recuperándome y preparándome. Ya me he enfrentado a Vladimir García y otros lanzadores de la selección nacional, he tenido buenas sensaciones, al igual que contra los muchachos más jóvenes, algunos de muy buena velocidad, aunque sin madurez en su conducción”, afirma, antes de continuar con el tema de la juventud en la Serie Nacional.
“Esos son los que tenemos, y no menosprecio el campeonato, porque soy parte de él desde hace mucho tiempo. Solo creo que necesitamos más peloteros jugando para tener más opciones de desarrollo. No comparto la idea de que los equipos eliminados tengan que esperar casi un año para volver a competir; en mi modesta opinión, se debería valorar de nuevo la fórmula de 90 partidos”, nos confesó, ya con un pie en el terreno.
Antes de despedirse, no nos dijo ningún mensaje del equipo Cuba. Tampoco le preguntamos. Sin embargo, conocemos de sobra su compromiso y entrega incondicional con la camisa de las cuatro letras, la cual defenderá con la calidad que merece en cualquier escenario. Eso ha hecho por más de una década, siempre oportuno a la hora buena, siempre listo para poner de pie a todo un país desde el cajón ofensivo, haciendo lo que mejor sabe, batear.
estoy prenamente de acuerdo con usted cuando se refiere a que va a defender las 4 letras del cuba como lo que es una persona sencilla honesta y con un amor grande por su patrea tengo la dicha de vivir cerca de el y le aseguro que es una persona muy sencilla amigos de todos sus amigos y una persona muy responsable le auguro buenos lauros y como todos los cubanos esperamos que vuelva a defender las 4 letras de las cuales fue eliminado en mi opinion injustamente en el super 12 suerte amigo y a jugar como lo que usted es como un grande