Yo sentí un dolor muy grande, muy profundo, cuando el cortejo fúnebre pasó frente a mí, tuve que llorar y gritar porque no resistía verlo así, me parecía que lo estaba viendo vivo. ¡Caramba!, ¿quién dijo que Fidel murió?, Fidel está vivo y estará vivo para siempre.
Para Fidel lo primero era la especie humana, el pueblo, los niños, las mujeres, los ancianos. Toda su obra es inmensa y nunca la vamos a olvidar (Olivia Martínez González, trabajadora del Comercio).
Él vivirá ahora en cada cubano
Con lágrimas en los ojos y las palabras atragantadas en la garganta, Ibrahím Bravo Labañino, combatiente del Ejército Rebelde, la Lucha Clandestina y la Lucha Contra Bandidos en Cuba y de la gesta por la definitiva liberación de la hermana República de Angola, dijo que al ver pasar la caravana sintió una gran emoción, “como cuando lo veía por televisión o personalmente, o cuando hablaba con mis compañeros sobre su trabajo y su lucha desde su juventud hasta los días de hoy. En ese momento solemne lo veía en los pioneros, en los trabajadores, en los combatientes, porque él lo que hizo fue multiplicarse y vivirá ahora en cada cubano.
Fidel fue lo más grande en mi vida
(Fotos 2016, Homenaje a Fidel, entrevistas Caravana, LH, Rolando Morgado Nery)
El también combatiente de la Revolución Rolando Morgado Nery tuvo que esperar unos minutos para poder hablar. “Fidel para mí fue lo más grande en mi vida. Yo perdí a mi mamá y a mi papá y yo quería haberme muerto antes que Fidel. Se me salieron las lágrimas cuando vi pasar sus restos tan cerca de mí, porque él se me adelantó y partió a reunirse en Santiago de Cuba con José Martí, su maestro. Estaré siempre junto a él, porque él seguirá siendo nuestro Comandante en Jefe”. Con sus 70 años su garganta se atraganta por el dolor tan profundo y se queda sin palabras durante el camino de regreso a su hogar.
Seguiré sus convicciones
¿Qué haces con esas muletas aquí?, interrogó Escambray: “Bueno porque hace seis días que no me duele el pie, me duele el alma. Vine a despedir a mi padre, el padre que me crió en esta Revolución, que me educó, porque a él le debo los valores patrióticos, morales y éticos que tengo, ser maestra, licenciada, máster en Ciencias. No tuve que pagar nada para estudiar, todo se lo debo a él, a la Revolución, a Cuba. Soy patriota y revolucionaria, seguiré sus convicciones, sus ideas. Es un momento triste, doloroso, pero de firmeza, de seguir nuestras convicciones” (Carmen Márquez González, trabajadora de Educación).
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