El presidente de Cuba, Raúl Castro, rindió homenaje al Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, frente al pedestal donde reposan sus cenizas en el claustro de La Merced, de la Universidad de Cartagena
El mandatario cubano narró en un breve encuentro con periodistas presentes que conocía por la prensa los preparativos que se hicieron en ese centro de estudios para traer desde México los restos del novelista, hasta depositarlos allí; y que no se quiso ir de Cartagena sin rendirle un sentido homenaje.
Dijo que antes de partir de la amurallada ciudad decidió hacer este homenaje al Gabo, pero nadie sabía del lugar, del que había visto una foto del patio donde se colocarían las cenizas del escritor; y este lunes fue que se precisó venir aquí, agregó el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba.
Quisimos hacer este homenaje por él (García Márquez, gran amigo de Cuba) y por todos los caídos de un lado y del otro. Y que viva la paz que es lo que necesita más este mundo, donde hay conflictos, como ustedes saben, por todas partes, comentó.
Mis respetos a todo el pueblo colombiano, al que le deseamos que tengan éxitos en los pasos que quedan por delante para afianzar la paz, manifestó el dirigente cubano.
Raúl Castro también visitó el claustro de La Merced, al pie de la muralla que rodea el centro de la capital del caribeño departamento de Bolívar, junto a una comitiva integrada por el canciller Bruno Rodríguez; el historiador de La Habana, Eusebio Leal, y el embajador de Cuba en Colombia, José Luis Ponce, entre otros.
Antes de visitar el antiguo convento colonial, el jefe del Estado y del Gobierno cubanos participó en la ceremonia protocolar de la firma de los acuerdos de paz, suscritos por el presidente Juan Manuel Santos y el líder de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo, Timoleón Jiménez.
Por haber sido Cuba garante de los diálogos -junto a Noruega- y sede de las conversaciones de paz durante casi cuatro años, el dirigente cubano ocupó asiento en primera fila en la ceremonia protocolar entre el gobernante colombiano y el comandante guerrillero.
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