En el Consejo Popular Managuaco cobró vida el programa de reanimación comunitaria con valiosas intervenciones y anhelos por satisfacer
Desconcertado estuvo durante buena parte de la mañana aquel pipero de cerveza que llegó temprano a Managuaco. De momento, no entendía la soledad alrededor del termo; tal vez hasta se preguntó: “¿Me habrán enviado a un pueblo sin gente?”, y poco le faltó para regresar a Sancti Spíritus. Valga que pasó por allí el delegado de la circunscripción y calmó su inquietud: “No se preocupe, usted verá que por la tarde le van a comprar toda la cerveza, es que ahora casi todos están para las vaquerías y los cuartones”.
Ese apego al trabajo define mucho la vida en una comunidad separada menos de 20 kilómetros de la cabecera provincial y fiel exponente de las transformaciones en el campo espirituano, porque Managuaco fue un parto de la Revolución en medio de los potreros.
La construcción de ocho edificios dio pie al surgimiento del poblado el 5 de diciembre de 1976, como parte del programa de desarrollo implementado en la zona y que tuvo en Fidel su inspirador principal.
Como asentamiento cabecera del Consejo Popular, Managuaco fue testigo reciente del programa de reanimación de comunidades que impulsa la provincia y, si bien las acciones más concentradas llegaron en las últimas semanas, desde meses atrás el Gobierno del municipio de Sancti Spíritus abrió espacio al mejoramiento de la infraestructura social, empuje que los más viejos allí califican de inédito y necesario.
INTERVENCIONES Y ANHELOS
La edificación de Managuaco estuvo prevista cerca de Sancti Spíritus, pero se buscó un punto más céntrico que respondiera al propósito de lograr estabilidad en la fuerza de trabajo ganadera, según rememora Misael Cala Almanza, delegado de la circunscripción.
Como resultado del reciente proceso de reanimación comunitaria —dice— se han solucionado más de 30 planteamientos y entre las intervenciones de mayor alcance enumera el parque infantil, la farmacia, la placita devenida mercado estatal, la bodega, el arreglo del camino y la escuela primaria declarada centro principal del asentamiento.
“Se han resuelto cosas históricas, por ejemplo, el baño del círculo social que estuvo 40 años sin ese servicio, la placita reabrió después de estar cerrada por más de 24 meses, el parquecito dentro de los edificios y el pueblo disfrutó la festividad organizada alrededor de este programa”, manifiesta el delegado.
Muy pendientes se encuentran los pobladores del deterioro de los edificios, con agudos problemas de filtraciones, mal estado de la carpintería y “en la casa tienes que estar atento porque se están cayendo los trozos del techo, hay apartamentos que se mojan desde que amanece hasta que oscurece”, suscriben varios vecinos.
“La comunidad nunca estuvo asentada en el patrimonio de la empresa pecuaria, los edificios son del Ministerio de la Agricultura, ahora se tomó la decisión de pasarlos al fondo de la Vivienda y se está en ese trámite, cuando los apartamentos pasen a propiedad de las familias se comenzarían a intervenir”, explica Cala Almanza.
“A pesar de los problemas de los edificios aquí la gente responde, en los trabajos voluntarios, en las actividades de los CDR y la Federación —expresa Cira Delia Torres Aguiar, representante allí de esas organizaciones de masas—, fíjate, que desde 1982 la comunidad es centenaria en las donaciones de sangre”.
Para recalcar el altruismo de los pobladores Misael Cala sentencia: “Este asentamiento le saca el buey del fango al municipio de Sancti Spíritus cuando hacen falta donaciones de sangre”.
Con atuendo de vaquero llegó a la farmacia Luis Ernesto Pérez Pérez y Escambray lo animó al diálogo. “Muy buena la reanimación, ahora los muchachos tienen un parque infantil, la bodega está bien surtida; me encanta Managuaco, nací aquí, pero nos hace falta un punto de shopping para no tener que ir a Sancti Spíritus, que mejore la recreación y arreglen las casas”.
Managuaco remozó parte de la infraestructura social, embelleció sus espacios, animó con una feria la espiritualidad de su gente y hasta disfrutó de una gala cultural asumida por el talento universitario del territorio, “que yo creo se la perdió nada más que la vaca Pirijigua, pues hasta los más viejos bajaron de los apartamentos para verla”, describe el delegado del Poder Popular.
En la comunidad laten otros anhelos y preocupaciones que no deben soslayarse: el éxodo de los habitantes, un alto porcentaje de la población envejecida, carencia de vaqueros, no hay venta de tabaco y tampoco llegan otros productos liberados, como la galleta y el refresco, “pero sí los traen hasta aquí los revendedores”, asevera Misael Cala.
EDIFICIOS ENTRE DOS RÍOS
Enclavado entre los ríos Yayabo y Tuinucú, se inauguró el 7 de julio de 1981 la comunidad de Dos Ríos, también asociada al proyecto ganadero impulsado por Fidel. “Aquí no amanece cuando sale el sol”, enuncia Julio Hernández Ventura, presidente del Consejo Popular de Managuaco. “A partir de las tres o las cuatro de la mañana se levantan los vaqueros y, con ellos, casi todo el edificio; ya nos hemos acostumbrado a ese ajetreo de la madrugada”, afirma.
En el inventario de las ejecuciones de los últimos meses, el presidente del Consejo Popular incluye la mejora en el abasto de agua en dos de los tres edificios, la reanimación de los apartamentos con nueva carpintería y la sustitución de una parte de los juegos de baños —faltan 19 por cambiar—, así como el remozamiento del consultorio médico y la bodega.
Francisco Venegas Jacomino, con una vida dedicada a la maquinaria y la ganadería, asegura no se irá nunca del asentamiento y menos ahora que arreglaron los edificios.
En Vega Grande, la comunidad más cercana a la Carretera Central dentro del perímetro ganadero de Managuaco, el rasgo más peculiar ha sido el crecimiento del caserío a raíz de la migración llegada desde la zona oriental del país, al punto de que Reina Rodríguez Díaz, asegura: “Cuando vine para aquí en 1976, no llegaba a 20 casas, hoy son 180. Tengo un teléfono público en la vivienda, le damos a cada llamada cuatro minutos, no todos están de acuerdo, pero antes el día 12 ya no quedaban minutos, ahora llegamos al 28 con teléfono”.
Los aires de la reanimación en Vega Grande dejaron sus huellas en la escuela primaria, un aula independiente, la bodega y el círculo social. “Aquí el problema principal ha estado en los viales internos y si un planteamiento se reitera es el referido al agua porque toda la vida ha sido en pipas”, expresa Haydée Pérez Villa, maestra y secretaria del núcleo zonal del Partido.
El Consejo Popular Managuaco experimenta cambios al compás de la reanimación comunitaria y lo realizado enseña la validez de un programa como este, amén de los asuntos pendientes como los viales. Más allá del progreso material, debe atenderse un desafío cercano en el tiempo: el relevo generacional de esa fuerza ganadera para lograr la continuidad de una base económica que hoy descansa, en buena medida, sobre la población llegada desde otras regiones del país.
Si la situación actual de managuaco es producto del aire de reanimación, creo que haria falta un ciclón con bastante aire..