Aunque han pasado casi 30 años, Lisset María Pérez Rodríguez mantiene vivos sus encuentros con Raúl y Fidel
Al descubrir su potente voz en una añeja grabación, el impacto no se hace esperar. La declamación de la pequeña puede sentirse en la piel; sobre todo, al tenerla de frente luego de casi tres décadas y verla evocar entre lágrimas los acontecimientos que han marcado sus días.
“En 1986, cuando apenas tenía seis años, tuve a mi cargo las palabras de apertura y cierre del acto de reinauguración del Campamento de Pioneros Ismaelillo y allí fue donde conocí a Raúl Castro y a la inolvidable Vilma Espín”, explica Lisset María Pérez Rodríguez a Escambray, al tiempo que obsequia a este semanario el ejemplar que multiplicó la noticia por aquella fecha.
De su intercambio con el General de Ejército conserva una foto especial, el testimonio imborrable —según dice— de un día maravilloso; el bolígrafo que le regaló Raúl y el beso en la mejilla de quien la bautizara como “la poetisa espirituana” forman parte de la historia de Lisset, que había soñado con ser artista, aunque los azares de la vida la llevaron a hacer germinar en los pequeños el cuidado por la naturaleza desde un aula de fantasías en el Jardín Botánico de Sancti Spíritus, donde labora en la actualidad.
Fueron los inmensos textos que aprendió de memoria, sin saber leer todavía, los que tiempo después, en 1989, llevarían a la pionera hasta la Plaza de la Revolución espirituana para iniciar el acto otra vez: “Mientras estaba declamando sentía mudo el espacio y entre los miles de espectadores, había puesto mi vista en Fidel; mis versos lo retrataban. Luego de los aplausos, me llevaron a saludar al Comandante, recuerdo sus manos, muy blancas, llenas de lunares y, aunque su guardaespaldas no permitía que me cargara, él insistió”.
Las instantáneas presiden el diálogo con la yayabera que sueña enviar un álbum con todos sus recuerdos al hombre que aún lleva estrellas y laureles en los hombros al borde de su 90 cumpleaños, y es que el verdeolivo del Guerrillero del tiempo se ha quedado para siempre en los ojos de la joven y los miles de moradores de estos lares que, al igual que Lisset, irán a la plaza este 26 de Julio.
“Hace unos días —evoca— volví a escuchar el poema en un acto por la televisión; era como regresar al pasado, una conmoción espiritual anduvo dentro y me hizo pensar en la posibilidad de reeditar el instante, sería lo más grande en mi vida”, asegura la espirituana, pues, recordando las estrofas que la llevaron a los titulares de los periódicos, “siempre será hora para que los ojos de Fidel sean tus ojos, los míos, los de este y los de aquel”.
Lisset María Pérez Rodríguez insiste casi al concluir el encuentro: “Estar allí en 1989 y sentir sus caricias me transmitió paz, tranquilidad y el amor que hasta hoy él regala a todos los niños; anhelo regresar a la Plaza y declamar el poema: (…) y nosotros, qué hacemos si no lo asimilamos dónde no lo tengamos/ con qué oído oiremos/ con qué ojos veremos/ cómo caminaremos/ si su modo de andar no interpretamos (…)”.
felicidades al autor del trabajo y por supuesto a Lisset
Muy bonita historia. Es una chica muy privilegiada por haber conocido en persona al Comandante y Líder de la Revolución Fidel Castro Ruz. Es un orgullo y un honor solamente escuchar su voz, asi que no puedo ni imaginar estar cerca de él, eso debe ser algo inolvidable e impresionante. Felicitaciones para Lissete
Linda e impresionante la historia vivida por esta espirituana. Felicitaciones para ella.