Desde finales de enero hasta hoy en todo Sancti Spíritus han sido recogidos más de 50 000 metros cúbicos de basura y se han erradicado más de 30 microvertederos
Desde el mismo cuarto piso del reparto de Olivos II, al norte de la ciudad, donde ancló hace décadas, la espirituana Herminia Alonso sostiene una verdad casi doctrinal: “Aunque a veces parezca que sí, la basura ni sabe volar ni cae en paracaídas”.
Ponerle nombre y apellidos a esa generalización a veces invisible que hemos dado en llamar indisciplina social, léase multar a los responsables, clasifica entre las medidas más efectivas del territorio tras decretarse la cruzada nacional a propósito de la proliferación del mosquito del género Aedes, agente transmisor de la fiebre amarilla, el dengue, el chikungunya y el zika, esta última con un estreno sin precedentes en el continente americano y particularmente en nuestro país.
Aunque los directivos de los organismos impositores aseguran que la multa es el medio y no el fin, solo los cuerpos de inspectores de la Dirección Provincial de Supervisión (DIS) y de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado han impuesto desde que se inició la campaña intensiva, a finales de enero pasado, hasta hoy, más de 4 200 penalizaciones por infracciones que atentan contra la higiene y el ornato público.
La intervención de las FAR y del Minint en la contienda, la guerra contra los salideros en las principales ciudades —Sancti Spíritus, Trinidad y Cabaiguán—, la limpieza de fosas, la eliminación de microvertederos y el mantenimiento de lo que las autoridades llaman un “gardeo a presión” mañana, tarde y noche contra la impunidad se cuentan entre los factores que han contribuido a revertir el panorama higiénico-sanitario en el territorio, que en honor a la verdad venía mejorando de manera sostenida desde hace algunos años.
Mayelín Borrego Concepción, subdirectora provincial de Servicios Comunales, confirmó a la prensa que desde finales de enero hasta hoy en todo Sancti Spíritus han sido recogidos más de 50 000 metros cúbicos de basura y se han erradicado más de 30 microvertederos.
Camiones colectores, carros abiertos, tractores con carretas, retroexcavadoras, equipos pesados y hasta carretones, subordinados lo mismo a Comunales que a otras empresas y organismos de la provincia, han hecho posible el milagro de sanear incluso áreas donde no existen puntos oficiales de recogida de desechos, algunas enclavadas fuera del perímetro urbano de las ciudades.
La propia fuente reconoció el mejoramiento de la disciplina de las personas en cuanto al horario establecido para sacar la basura a la calle o depositarla en los llamados supiaderos, así como el seguimiento sistemático que mantiene Comunales en los 82 vertederos de la provincia, donde se clasifican los desechos para que reciban el tratamiento ambiental requerido.
“Sancti Spíritus está como un pincel”, se admira Nena Gómez, una espirituana ausente, quien de vez en vez regresa para saludar a los suyos en su barrio natal de Jesús María, que en los últimos tiempos ha venido transfigurando el paisaje con mejoramiento y pintura de las fachadas y el asfaltado de algunas calles.
No pocos pobladores, sin embargo, censuran todavía las deudas con el barrido de algunas zonas, el abuso de muchos cocheros al dejar caer inescrupulosamente el estiércol de las bestias sobre el pavimento, o el engaño de aquellos pillos que quieren hacer pasar como basura tradicional algún que otro saco de escombros.
El desafío de no convertir esta en una campaña más, como pidiera Raúl en la portada de este diario, pasa entonces no solo por cortarle las alas al mosquito antes de que levante vuelo, sino por atacar, en primera instancia, a ese otro “vector” tan peligroso como el propio zancudo que solemos llamar indisciplina social y que puede estar ahora mismo en la esquina más cercana intentando hacernos creer que la basura ha aprendido a volar y a veces puede hasta llegar en paracaídas.
Siento ser tan incisivo con las opiniones que envío a nuestro periódico, pero este es un tema que no termina de cuajar. Por ejemplo en mi pueblo Cabaiguán, no hay un cronograma que se cumpla respecto a la recogida de basura por las calles. Eso conduce a que se pierda la disciplina y la credibilidad en la empresa de comunales y las personas arrojen basura por doquier, cosa que está muy mal hecha, pero para penarla hay que cumplir desde casa. Pregunto: ¿Por qué en esta tarea de recogida de basura no se contratan cuentapropistas?. Creo que el problema es resolver la situación y de hecho, debe funcionar bien. Por ende, mucho mejor que como se hace actualmente.
Da pena vivir en ese churrero. Pasen por Argentina, pais que se critica tanto, para que vean que no hay tanta basura ni desconsideraciòn social.