Los directivos de esta rama en la provincia espirituana aseguran que como método de trabajo se realizan mensualmente dos inspecciones a las vías del territorio
Los accidentes ferroviarios, al igual que muchos de tránsito, en el hogar o en centros de trabajo no son tan accidentales ni tan impredecibles, pues siempre están detrás de ellos causas y condiciones predisponentes.
En el tramo espirituano de la Línea Central, principal arteria ferroviaria del país, se descarrilaron dos trenes de carga en el 2015, ambos con silos repletos de cemento. Ambos provocaron cuantiosos daños a la economía nacional.
En relación con el último, ocurrido el 24 de agosto en Sabanilla, municipio de Taguasco, Rodolfo Lasval Fernández y Oscar Barceló Granados, inspectores estatales del Ministerio de Transporte para la actividad ferroviaria, aseguraron que, dadas sus características este, clasificó como accidente ferroviario de primera categoría y se originó porque los desniveles relativos presentes en la vía sobrepasaban las tolerancias de seguridad fijadas en las normas.
Los especialistas manifestaron que tan lamentable hecho se produjo al no aplicarse por el personal de vías en la provincia de Sancti Spíritus las acciones indicadas a partir del anterior accidente ferroviario en esa misma línea.
Por tales razones, fueron inculpados como máximos responsables el Director y el Jefe de Producción de la UEB Vías y Puentes de Sancti Spíritus y otros siete trabajadores de la tripulación y del Taller de Cienfuegos encargados de la revisión de vagones. Estos últimos fueron encontrados culpables por no detectar los desperfectos técnicos que presentaban los registradores de eventos, los GPS instalados en las locomotoras de fabricación china, así como las irregularidades existentes en el entorno de la pestaña de la rueda de uno de los silos volcados.
Los nuevos directivos de las UEB Ferrocarriles Sancti Spíritus y Vías y Puentes Sancti Spíritus aseguran que como método de trabajo se realizan mensualmente dos inspecciones a las vías férreas de la provincia. Añadieron que los jefes de brigadas deben revisar diariamente los tramos por los que responden y que además el especialista del Centro Territorial de la Infraestructura Ferroviaria también recorre dos veces al mes todas las vías.
Sin embargo, ¿cómo es posible que en el tramo inferior a un kilómetro que media entre el caserío de Inseminación Artificial y el puente elevado ubicado frente a la Fábrica de Raspaduras, en el municipio de Sancti Spíritus, falten 28 tornillos en las juntas que unen los rieles de punta? Recordemos que esta es una vía concebida para trenes que trasladan pasajeros y varios vagones de caña durante la zafra azucarera.
Una vez más se repite la negligente actuación de quienes desde los cargos que desempeñan tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad ferroviaria que en Sancti Spíritus, al parecer, continúa amenazada.
Pero también esa indisciplina social de sustracción de elementos de las vías férreas el Código Penal lo tipifica como un delito de sabotaje, pues el artículo 104 dice: “Incurre en sanción de privación de libertad de dos a 10 años el que, con el propósito de impedir u obstaculizar su normal uso o funcionamiento, destruya, altere, dañe o perjudique en cualquier forma los medios, recursos, edificaciones, instalaciones o unidades socioeconómicas o militares siguientes: fuentes energéticas (…), servicios de transporte terrestre…”. Pero, en correspondencia con el artículo 105, la sanción es de privación de libertad de 10 a 20 años o muerte, si en la realización de los hechos descritos en el apartado anterior se pone en peligro la seguridad colectiva. Mas, es necesario que la prevención y el cuidado de estas vías sean un hecho y no letra muerta.
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