Las oficinas de atención a la población son un mecanismo de cardinal importancia como garante del carácter democrático y participativo del sistema político de Cuba.
Las oficinas de atención a la población en Sancti Spíritus integran un sistema rectorado por los Órganos del Poder Popular, que le atribuyen la cualidad de demostrar el carácter democrático y participativo de nuestro sistema político y social. Objeto de un seguimiento priorizado en los últimos años, dichas estructuras son miradas de manera aprobadora o cuestionadora, en dependencia del ojo que observa y de los intereses de quien evalúa.
Si bien los números registrados en las Asambleas Municipales y en la estructura provincial de gobierno en Sancti Spíritus reflejan una tendencia a confiar más en el mecanismo gubernamental que en los instituidos por las entidades administrativas, sean de un sector o de otro, la eficacia de las prestaciones no puede ser medida de manera numérica, como ha estado sucediendo a la hora de juzgar la marcha de esa alternativa, útil para canalizar el cúmulo de demandas, solicitudes, insatisfacciones, quejas y denuncias que formula la ciudadanía en uso de sus derechos.
Ciertos comportamientos estadísticos distan de reflejar la realidad, puesto que empresas con servicios usualmente marcados de forma negativa registran cantidades exiguas de casos atendidos a lo largo de todo un año. Son las mismas que al sintonizar los programas de participación popular de la radio o la televisión están en la diana de las críticas o resultan blanco de quejas en cartas y mensajes tanto a esos medios como a esta propia publicación, a las que las personas llegan, la mayoría de las veces, después de haber agotado las vías creadas en esos lugares.
“Demerita mucho a un cuadro que, tras haber reiterado varias veces la inexistencia de solución para un problema, la misma aparezca luego de que el promovente escribe a un medio de prensa”, apuntó con tino, al calor del análisis acerca del quehacer de esas estructuras en el año 2015, el máximo dirigente del Gobierno en uno de los municipios y aclaró que no se trata de ocultar soluciones, sino de ser consecuentes con las posibilidades reales y con la palabra empeñada.
No se necesita revisar los archivos de las citadas oficinas ni hurgar en los apartados populares de las publicaciones periodísticas para pulsar el ánimo de la gente. Un sondeo de opinión en la calle realizado por Escambray en fecha reciente reflejó niveles de satisfacción que van desde la mención del confort o su ausencia en el local donde fueron atendidos los ciudadanos hasta la alta capacidad de escucha o la falta de empatía que exhiben las funcionarias por las que fueron recibidos, sin obviar, en algún caso, el reconocimiento de que el asunto quedó engavetado, o el criterio de que hubo manipulación a la hora de definir la verdad en el planteamiento emitido, ya fuera por negligencia o por favoritismo.
Entre los inquiridos hubo quien aseguró sentirse a gusto con el rumbo dado a su planteamiento, pero también quien se mostró hastiado del estira y encoge que siguió a su gestión. No faltaron los que jamás acudieron a ningún lado, por falta de confianza, pese a albergar quejas disímiles.
¿Temas recurrentes en la vox pópuli? Solicitud de subsidios y solares, demandas de servicios telefónicos y de suscripciones para publicaciones impresas, alto grado de deterioro de moradas, irregularidades en el funcionamiento del transporte local, salideros y tupiciones no resueltos, carencias en el abasto de agua, viales en estado crítico y mala calidad en servicios diversos.
Funcionarios en cuyos registros no obra constancia de que existen inconformidades con el funcionamiento de sus centros o estructuras se sorprenderían al escuchar lo que opinan al respecto determinados ciudadanos y ciudadanas. En el vínculo estrecho con los amplios sectores populares, con el ánimo de descubrir criterios, está la respuesta a esa interrogante que ronda cada balance anual de la actividad de Atención a la Población. ¿Significa que no hay insatisfacciones el hecho de que la gente no formule sus quejas?
La inequidad en el rasero a la hora de medir calidad se refleja, por ejemplo, en que si los especialistas a cargo hurgan en el sentir popular sus cifras arrojan más cantidad de problemas y a la hora del reflejo en números la situación parece menos meritoria.
El quid del asunto, entonces, deja de ser si se atendió bien en verdad, algo que dista mucho de la enseñanza que nos diera Ernesto Che Guevara y que preside el pase de revista a nivel provincial, aunque pocos la pongan en práctica: “Para llegar al pueblo hay que sentirse pueblo, hay que saber qué es lo que quiere, qué es lo que necesita y qué es lo que siente el pueblo”.
Por eso más que en los porcentajes, las cuantías de incremento o reducción y el desglose por clasificaciones; más que en las firmas de conformidad de los “quejosos” para un punto final a sus asuntos, el rasero para ponderar la atención a la ciudadanía debería radicar en la parte cualitativa: quién y cómo atiende, cuál es la calidad de las explicaciones o respuestas, qué grado de satisfacción muestran las personas al término del proceso y de qué forma se pueden evitar las vivencias que llevan a juicios negativos. Solo así las más de 13 mil personas que confiaron en ese mecanismo en el año precedente, e incluso quienes acudan en lo adelante, podrán sentirse en el ejercicio de la legítima democracia.
DELIA: Muy bueno su artículo relacionado con las oficinas de atención a la población . No es porque sea mi municipio ,pero acá en Fomento como funcionaria de la Asamblea Municipal que soy le puedo afirmar que con bastante frecuencia se capacitan a las compañeras que tienen a cargo esa gran tarea en las entidades y las compañeras de la sede municipal de gobierno visitan las entidades para evaluar su funcionamiento que tan complejo resulta.
Las Oficinas de Atención a la Población requieren de funcionarios capacitados y que ante todo sean contrapartida de cada decisión adminsitrativa, veladores de los términos en las respuestas, respeto al ciudadano, legalidad, entre otros aspectos. En la mayoría de las ocasiones las quejas son tramitadas por los propios funcionarios o especialistas actuantes, y estas( las oficinas) solo se limitan a ser mediadores entre el quejoso y la administración. Existe necesidad de buscar estrategias que fiscalicen, sin obviar que las mismas no tienen facultades revisoras en cuanto cambiar decisiones, pero si en exigir responsabilidades ante quien corresponda por su mal actuar.
Muy bien redactado el artículo y refleja el sentir que percibe la poblaciópn. Aunque resido en otra provincia, es un tema nacional. Ayer leí en Cubadebate otro artículo tuyo «Yo vi el contenedor volando», lo imprimí y se lo llevé a Maritza. Por favor, contacta con nosotros, Delia. No te olvidamos. Teléfono casa: 523176 (con el 0143 delante)