El canoísta espirituano Serguey Torres confía en que puede concretar su mejor actuación en estos Juegos
Casi a punto de tomar el avión que lo llevaría a Río de Janeiro, Escambray logró unos minutos telefónicos con Serguey Torres Madrigal, quien después de más de 20 horas de viaje ya está presente en su tercera cita olímpica.
¿El pretexto del contacto? Conocer cómo se encuentra el máximo exponente de la canoa cubana a punto de entrar en el mismo lago donde hace nueve años conquistó dos títulos panamericanos.
Pero el muchacho sabe que no navegará por las mismas aguas tranquilas de entonces. Mas confía en que con una nueva pareja, la quinta en 12 años dentro del equipo nacional, y lo que dicen los controles, puede concretar su mejor actuación en estas lides.
“Hemos hecho una buena preparación con bases en México y terminamos aquí en La Coronela. Las cosas me van muy bien con Jorge Francisco Dayán, es un muchacho muy joven, pero con talento y mucha seriedad. Ya tuvimos un evento de presión como el Panamericano clasificatorio para Río y nos dio una medida, hemos logrado sincronización y en particular considero que he realizado el entrenamiento más fuerte desde que estoy en la selección nacional.
“Me siento en mis mejores momentos, lo dicen los cronómetros, he logrado mejorar mucho mis marcas, de hecho sigo ganando el C-1 en Cuba”.
El próximo 18 de agosto Serguey se lanzará al agua en las eliminatorias del C-2 a 1 000 metros, la especialidad en la que logró ubicarse en sexto puesto en Londres 2012 y octavo en Beijing 2008.
“Nuestro propósito es tratar de clasificar directo en el hit para evitarnos el repechaje y poder descansar un día, pues las finales son el 20. Vamos con un pronóstico del 4 al 8, pero daremos todo en ese bote”.
Y como desde Cuba siguió las competiciones, ya tiene una idea de lo escabroso que se ha presentado el lago para los remeros. Por eso repasa sus obligaciones como proa del bote.
“Ahí competimos en los Panamericanos de 2007, es una pista incómoda, entra mucho aire, si el aire está a favor no molesta, pues nuestro bote pesa menos que los demás, pero si está en contra, es un problema; no obstante, vamos a competir como quiera, creo que para ganar no se baje de los 3.35 y ahí los rivales son fuertes. De hecho todos son desconocidos porque no hemos competido nunca”.
Y antes de que me pida colgar para acabar de secarse el agua de La Coronela, le dejo caer el mensaje de aliento y confianza de los espirituanos.
“Tenemos muchos deseos de ganar. Solo es montarnos y disfrutar la competencia. He logrado medallas en todos los eventos, pero me falta una olímpica por tanto sería el mayor premio a muchos años de sacrificio, esfuerzo y trabajo”.
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