Aun con limitaciones de alimentos, la provincia sobrepasa la producción porcina planificada y alcanza registros históricos
Cuando hasta hace pocos meses la deuda de comida con los criadores porcinos rondó las 12 000 toneladas de alimentos, parecía una utopía pensar que Sancti Spíritus cumpliera el plan técnico económico de producción de carne de cerdo cifrado en 14 500 toneladas y, mucho menos, que elevaría el aporte a más de 16 650 toneladas.
Mas, este programa priorizado por el país —por lo que representa en el acápite de la sustitución de importaciones y como materia prima para elaborar otras producciones cárnicas— tiene su columna principal en la ceba en los convenios porcinos y casi con los mismos productores del pasado año se logra un apreciable crecimiento de carne.
A juicio de Yeniet Pérez Remón, director técnico y de desarrollo de la Empresa Porcina Sancti Spíritus, la eficiencia alcanzada en el incremento del peso promedio resulta uno de los elementos que más incidió en el resultado productivo, tanto que por esa vía se ganaron unas 2 000 toneladas de carne, cifra equivalente al sobrecumplimiento del plan.
Señala que detrás de ese resultado hay que considerar también los demás indicadores de la crianza, el favorable comportamiento higiénico sanitario y el aporte que representa la compra del cerdo de traspatio. “Este es el año de más miel de azúcar entregada a los criadores”, expone el directivo a modo de ejemplo para resaltar el mejor aprovechamiento de la comida de producción nacional, donde sobresalen también los niveles de maíz y sorgo aportados por la Agricultura espirituana.
Precisó la propia fuente que el 87 por ciento de la producción de carne de cerdo producida en la provincia se destina al balance del Ministerio de la Industria Alimenticia, el resto se distribuye a Comercio, Gastronomía y los Mercados Agropecuarios Estatales para la venta liberada, oferta que será más visible en lo que resta de diciembre.
Si bien las cifras representan registros inéditos en la historia de Sancti Spíritus y son el resultado del trabajo coordinado de la entidad porcina y las bases productivas del Sistema de la Agricultura, los niveles productivos no suplen todavía las necesidades del pueblo y continúan los altos precios a que se vende la carne.
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