La investigación sobre el servidor de correo electrónico de la candidata demócrata, Hillary Clinton, inmiscuyó al FBI y al Departamento de Justicia directamente en las elecciones presidenciales estadounidenses
El diario The New York Times publicó este miércoles que ambas instituciones enfrentaron en el verano último una dura decisión sobre dos pesquisas con el potencial de agitar los comicios, por lo cual determinaron mantenerlas en la sombra.
Una de ellas está relacionada con el jefe de campaña del republicano Donald Trump, Paul Manafort, y negocios secretos en Ucrania; y la otra se enfoca en los vínculos de Clinton con los donantes de su fundación familiar.
De acuerdo con funcionarios federales citados por el periódico, a instancias del Departamento de Justicia, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) acordó no emitir citaciones o tomar otras medidas que harían públicos esos casos en fechas cercanas a las elecciones del 8 de noviembre.
En ese contexto, la decisión del director del FBI, James Comey, de notificar al Congreso acerca de una investigación renovada sobre los correos electrónicos de Clinton cuando era secretaria de Estado (2009-2013) constituye una desviación de la política anterior, apuntó el Times.
Para la publicación, ese hecho hunde directamente a la entidad y al Departamento de Justicia en los comicios, precisamente lo que los funcionarios de esta última instancia trataban de evitar.
Desde el anuncio de Comey, el FBI analiza el historial de correo electrónico perteneciente a una de las ayudantes de la candidata demócrata Huma Abedin, aunque resulta improbable que la revisión culmine antes del fin de la carrera por la Casa Blanca.
Según Daniel Richman, asesor de Comey y profesor de derecho de la Universidad de Columbia, la medida de informar al Congreso sobre la reapertura del caso preservó la independencia del FBI, un hecho que beneficiará al próximo presidente.
Pero exfuncionarios de alto rango en ambos partidos estimaron que sí crea problemas en medio del proceso electoral la decisión de romper las directrices seguidas por el Departamento de Justicia en los dos casos del verano, los cuales se mantienen abiertos pero en espera de que pase el 8 de noviembre.
Uno de esos problemas podría estar reflejado en las encuestas, que han mostrado en las últimas jornadas un avance de Trump tanto en estados clave como a nivel nacional, mientras Clinton ve caer la percepción sobre su honestidad y confiabilidad.
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