Sin el Festival de Teatro Aficionado Olga Alonso ya no es posible contar la historia de Fomento. Escambray propone nuevas lecturas a su más reciente edición.
La XXVII edición del Festival de Teatro Aficionado Olga Alonso es la comidilla de muchos fomentenses. Me sumo al banquete de murmuraciones y juicios, añadiendo estas sucintas reflexiones.
Que la competencia se haya librado entre 11 grupos, procedentes de nueve provincias, habla bien —al menos en términos numéricos— de la capacidad de convocatoria del evento. Aunque la calidad artística escaseó en el concurso, fue gratificante disfrutar de dos de los mejores espectáculos vistos en los últimos años en el festival, uno del grupo santiaguero Relacionarte (Una nueva historia) y otro de Teatro sobre el Camino, de Villa Clara (El fantasma), los cuales ganaron la mayoría de los lauros.
Bueno fue también invitar a La Andariega, compañía camagüeyana, no solo por el impacto de público que suscitó Historias que vuelan dentro o ¿Giselle otra vez?, con audaz texto de Blanca Felipe, sino porque las virtudes técnicas e interpretativas de sus bailarines les imprimieron verdadero realce a la inauguración y la clausura.
Incluir a músicos como Edesio Alejandro y William Vivanco en el programa constituyó otro de los aciertos; también la gestación de un tema musical y un videoclip identificativos del evento, la extensión de las puestas a varias comunidades rurales, así como la expoventa de muñecos y títeres alrededor del parque.
Sin embargo, sobre esas luces caen perturbadoras sombras.
A cada edición del festival la asistencia del pueblo disminuye. Varias razones pudieran explicarlo: espectáculos en la calle, al resistero, que no explotan adecuadamente los resortes visuales y dramatúrgicos y que, en suma, carecen de interés artístico; sistemáticos incumplimientos del programa que no se compensan con información actualizada en los propios espacios de representación; numerosas puestas destinadas a niños y adolescentes que suceden mientras los receptores ideales se hallan en las escuelas…
Cambiar la fecha del evento para el mes de abril, haciéndolo coincidir con la semana de receso escolar, conseguiría, de manera natural y expedita, la integración coherente de los espectadores de menor edad y de sus familias a las actividades del festival.
Por otra parte, un evento como este debería servir de espacio para la exhibición de algunas de las mejores propuestas profesionales de la escena nacional, hecho que permitiría ampliar los referentes artísticos de los participantes, sobre todo porque los breves talleres que se imparten repiten, una edición tras otra, sus temas: teatro de títeres, teatro de calle, manejo de zancos…
Si bien esas modalidades tienen gran peso en las unidades artísticas formadas por los instructores de arte en escuelas y casas de cultura, reducir a ellas el multiforme universo del teatro empobrece las miras de quienes conducen los procesos de apreciación y creación artísticas en lugares muchas veces remotos de la geografía nacional.
Sobre los premios: aun cuando se trata de un festival de aficionados, no debe juzgarse a los artistas con actitudes complacientes, las cuales, como se sabe, contribuyen no pocas veces a que lo verdaderamente meritorio se equipare con algo que no lo es, o no lo es tanto. Se emparienta con esto el hecho de que el número de modalidades convocadas a premios es excesivo en relación con la calidad artística, la cuantía y la variedad de géneros y estilos de las obras concursantes.
Otro asunto que amerita valorarse son los espectáculos de inauguración y clausura. El cambio de los espacios tradicionales para ambas ceremonias consiguió, por sí mismo, el impacto de lo nuevo y sorpresivo. Sin embargo, opino que solo el de clausura debiera convertirse en pauta para futuras ediciones, siempre y cuando se mantenga la invitación a artistas o agrupaciones musicales de primer nivel cuyos conciertos doten de sentido el desplazamiento de espectadores y participantes, en sucesivas paradas, hasta la Plaza Cultural.
Sobre la ceremonia de apertura no pienso igual. Juzgo contraproducente que la dirección artística concibiera un espectáculo que ignoró las disposiciones del Comité Organizador —reflejadas en el programa del evento— y echó a un lado el trabajo de la Casa de Cultura y la Brigada de Instructores de Arte José Martí del municipio, organizadoras del tradicional desfile con decenas de niños y adolescentes que quedaron a la espera de atravesar el escenario principal de la ceremonia.
He dejado casi para el final el asunto que más me atañó durante el festival: la comunicación a través de las redes sociales. Fue una idea inédita, brillante. Sin embargo, a pesar de las conciliaciones entre el Centro Provincial de Casas de Cultura y la Dirección Provincial de Cultura, la navegación no estuvo disponible después del viernes por la noche y fue imposible dar seguimiento y conclusión a los reportes sobre el desarrollo del festival.
Por último, algo fundamental. Año tras año se hace evidente que no es posible cumplir con rigor el programa de presentaciones y actividades colaterales mientras los artistas continúen hospedándose en sitios apartados como el Campismo Popular La Hormiga y el Centro de Pioneros Exploradores Mártires de la Columna 8. El problema exige que se tome una determinación radical. Podría ser el rescate de la escuela José Antonio Echeverría como sitio único de alojamiento, cambio que, además, abarataría los costos del transporte.
Las autoridades del sector cultural en la provincia y el municipio deben razonar con el Gobierno de la localidad la conveniencia de una decisión que requeriría varias —acaso arduas— gestiones. Pienso que el Consejo de la Administración Municipal —cuyo presidente, Frank Osbel Cañizares, apoyó el evento no solo pronunciando las palabras de bienvenida en la noche inaugural, sino facilitando a la Dirección Municipal de Cultura los recursos materiales que hicieron falta— comprenderá la significación de una medida que coadyuvará a imprimir vitalidad a un festival sin el que ya no es posible contar la historia del pueblo de Fomento y que merece tener otra vez, para siempre, la vasta trascendencia sociocultural de que otrora gozó.
Nota para Pedro de Jesus:
Estuve durante todo el evento en Fomento…y no vi nunca falta de público en cada presentación. Mover el evento de fecha no es la solución. Y su Feria del Libro?…Se cambia de fecha para hacerse en vacaciones docentes, como sugiere usted,…solo se realizan coordinaciones MINED-CULTURA para garantizar público.
Convivi con el grupo coordinador durante el evento…y sépase que lo unico que golpeó fuerte ahi fue la posición asumida por la Casa de Cultura (directora), que pudo dar más y no dio….Su nota en este periodico solo desconsoló a quienes se deviven para hecer del evento un espacio para el disfrute de un pueblo que ama el teatro.
La nota que usted hace, siendo parte de esa gran familia, no le quedó bien. No hay eventos que no tenga sus luces y sus sombras…y artistas, o creadores, también. No se creció…!Creame!
Pedro: Con todo el respeto que se merece tengo que decirle que en su comentario hay cuestiones que desgraciadamente nuestro municipio no tiene en sus manos. Usted hacía referencia al lugar donde fueron hospedados, como es de saber el festival inició entre semana y la Escuela Especial que en ocasiones anteriores había servido para tales fines esta vez no podía porque simplemente sus alumnos estaban en ella y por supuesto la DME no concedería tal permiso. En lo que respecta a las atenciones recibidas por nuestro Presidente de la Asamblea usted lo deja bien claro,además el Director provincial de Cultura también formó parte de la preparación del evento que como todos saben sesionó en la Sede del Gobierno.
Opinar de un evento del que uno no participa es bien difícil, pero varios amigos y amigas que estuvieron allí me dieron sus criterios sobre La XXVII edición del Festival de Teatro Aficionado Olga Alonso. En mi modesta opinión el Olga Alonso es quizás el evento del movimiento de artístas aficionados más importante que se desarrolla en la provincia teniendo en cuenta varios aspectos: La cantidad de agrupaciones teatrales y de provincias que participan de él, la participación de agrupaciones musicales de primer nivel que se presentan y la participación de la población, que hace del Festival un evento de masas con un impacto sociocultural importante, por otro lado también este evento es probalemente el que con más recursos financieros y humanos cuenta, sumándole a esto el respaldo que el Gobierno de ese municipio siempr ele ha brindado, por eso a pesar de las lagunas y limitaciones conque indudablemente aun se desarrolla, es en mi opinión uno de los festivales más trascendentes que se realizan en la provincia.
Me consta q
Me constra que año tras año la prensa realiza un grupo importante de señalamientos a las actividades de inagururación y clausura del evento y a otras cuestiones organizativas, lo que indudablemente redundaría en perfeccionarlo, tengo la opinión que la Dirección Provincial de Casas de Cultura ha venido realizando un encomiable trabajo durante los últimos años, pero deberían buscar un mejor asesoramiento en algunos de estos temas pues es muy común que las personas que organizan muchas veces un mismo evento tiendan a tener determinadas limitaciones creativas, y buscar otras personas con conocimientos adecuados pudiera contribuir a refresar (por llamarlo de alguna forma) el evento, aunque también debo admitir que los festivales de esta índole, que son naciomnales, tiende a complicarse su organización por la presión que ejercen los municipios sedes pues quieren tener un protagonismo muchas veces superior a sus propias fuerzas y Fomento en esto no es una excepción. De todas formas a pesar de las limitaciones que pueda haber tenido esta realización el Festival de Teatro Aficionado Olga Alonso es uno de los eventos culturales más trascendentes que se realizan en el territorio espirituano y personas talentosas como Pedro de Jesús pudieran contribuir con su esfuerzo personal y experiencia a que este evento sea un acontecimiento excepcional de la cultura, Fomento y los artistas aficionados se lo merecen. Muchas Gracias