A pesar del complejo escenario que vive que vive el país suramericano, parece que empiezan a vislumbrarse algunas luces en el camino
Ya resulta escandaloso que en la campaña electoral en España para elegir al nuevo presidente del Gobierno en los comicios del 26 de junio próximo, se hable y se escriba más de Venezuela y sus problemas reales o supuestos que de los muchos que hoy hacen de ese reino constitucional europeo una madeja de problemas de todo tipo, muy difíciles de resolver.
Prende el ciudadano peninsular la televisión para ver un programa de recetas de cocina y, de buenas a primeras, el conductor expresa, refiriéndose a uno o varios de los ingredientes básicos: “Bueno, lamentablemente, este exquisito plato no lo pueden disfrutar los venezolanos porque les falta el filete de cabrito”, y por ahí una cansona perorata de tipo político —que no gastronómico—, como si las elecciones se fueran a celebrar en el país sudamericano y no al revés. A esos extremos ha llegado el ridículo.
Claro, con toda intencionalidad, los dueños y rectores de los medios dirigen el mensaje a gente que suponen con poca información, susceptible de tragarse inconscientemente el mejunje para ellos preparado, porque si estuvieran informados, en lugar de creérselo, se enfadarían.
Por solo poner un ejemplo: a uno de los muchos miles de desalojados de sus casas en España por la crisis y los malos manejos de los bancos, cuando les vengan con el cuento, si está al tanto de que la Revolución bolivariana no ha desalojado a nadie y en cambio ha construido un millón de viviendas para los pobres, dotadas con todos los enseres, seguro que explota de indignación.
Y lo mismo ocurriría si supieran las enormes inversiones del Gobierno chavista en salud, educación, cultura, deporte, ciencia y otros campos, muy superiores proporcionalmente a las que se destinan a esos acápites en la tierra de Cervantes, donde por lo regular el acceso a la cultura y a la salud es muy caro y la mayoría de la enseñanza es privada.
Pero, en realidad, España no es más que un ángulo de un triángulo escaleno enfilado contra la patria de Bolívar, cuyos otros vértices son Miami y la Colombia de Álvaro Uribe Vélez, sin descontar que en reciente convite en la citada urbe floridana se encontraron el expresidente narco paraco, cabecilla del proceso anti- pacificación en su país, y exponentes de la oposición venezolana.
Esa figura geométrica, sin embargo, está enlazada por una línea recta con la sede de la OEA en Washington, donde su secretario general, y excanciller uruguayo Luís Almagro forma parte principal en el tinglado que se erigió para dar el golpe de gracia a la administración encabezada por el Presidente Nicolás Maduro Moros.
Afortunadamente, los planes concebidos por esa internacional oligárquica y neo fascista no les están saliendo. En primer lugar porque Almagro recibió en su propio feudo el rechazo de la mayoría de las naciones de la región a su intención declarada de aplicar a Venezuela la llamada Carta Democrática que, combinada con el Decreto de Obama aún vigente —que la declara un grave e inusual peligro para la seguridad nacional de EE. UU. —, debería allanar el camino para una hipotética invasión.
En segundo término, porque, a raíz de la lucha entablada en ese Ministerio de Colonias —como la llamó el Canciller de la Dignidad Raúl Roa—, los miembros de la Asociación de Estados del Caribe reunidos en La Habana a inicios de junio con motivo de su VII Cumbre, emitieron por unanimidad un Comunicado Especial de respaldo a la constitucionalidad en la hermana nación en el cual se aboga por la solución negociada de los problemas existentes.
Y, en tercero, porque en la reciente reunión de la OEA en Santo Domingo, República Dominicana, el propio secretario de Estado John Kerry se comprometió a privilegiar la vía de las negociaciones en un encuentro que sostuvo con su homóloga venezolana Delcy Rodríguez.
Entretanto, salen a colación los mil y un fraudes cometidos por los opositores agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática, en el proceso de recolección de la cifra mínima de firmas necesarias para activar el proceso de Referendo Revocatorio, donde aparecen más de 10 000 fallecidos, numerosos reclusos sin derecho a sufragio y una cantidad elevada de personas cuya rúbrica no reconocen y que tampoco fueron consultadas, violaciones que los partidos del Polo Democrático llevarán al Tribunal Supremo de Justicia.
En medio de este complejo escenario, agravado por los bajos precios del petróleo, la guerra económica de la oligarquía contra las autoridades chavistas, las fallas de fluido eléctrico derivadas de la sequía —en un país donde el 70 por ciento de la energía lo aportan las hidroeléctricas—, y el saboteo constante de un parlamento controlado por la derecha, parece que empiezan a vislumbrarse algunas luces en el camino.
Como prueba de ello cítense en primer lugar los recientes éxitos políticos arriba enumerados, y añádanse los flamantes acuerdos para la exploración y explotación conjunta de petróleo y gas con Trinidad y Tobago, y el apoyo recibido de parte del ALBA-TCP y de Petrocaribe en sus últimos encuentros, y se tendrá la impresión de un blindaje efectivo frente a una posible agresión externa.
Ya en lo interno, inciden a favor de la causa patriótica los aún tímidos repuntes en los precios de los hidrocarburos, junto con la caída de los primeros aguaceros primaverales que aliviarán la actual escasez de agua y electricidad, y se tendrá un panorama que apunta a cambiar para mejor. No en balde el acero se forja a altísimas temperaturas, como se templó el acero de los cubanos, inmersos durante muchos años en una guerra sin cuartel contra agresiones de todo tipo. Así, al parecer, se forja hoy el duro metal bolivariano.
En la foto parece que no hay mucha gente en esa manifestaciòn.
como siempre la politica es absurda y la politica espan~ola doblemente absurda. Y por curiosidad que cosa es un triangulo escaleno?
Un triangulo cuyos lados son diferentes, desiguales