Nuevamente la comunidad internacional se pronunció contra el bloqueo. Por primera vez Estados Unidos e Israel se Obstuvieron
Canciller cubano en la ONU: El bloqueo es injusto, inhumano, inmoral e ilegal
Al tanto el mundo de daños causados por EE.UU. a Cuba
Denuncian estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus efectos del bloqueo
No por esperada la aplastante votación de la comunidad internacional contra el bloqueo en la Asamblea General de la ONU, que sumó 191 votos en apoyo a Cuba, constituyó la noticia clave, sino que esta vez fue la abstención de Estados Unidos e Israel el elemento novedoso capaz de acaparar titulares en los principales medios de todo el mundo.
Tampoco fue a la tercera —iniciada en 1992—, sino a la veinticinco ocasión en este 2016 que ha llegado la vencida con el cambio de la naturaleza de su voto a los dos países clasificados entre los más reaccionarios del planeta, de acuerdo con las fuerzas políticas que rigen sus destinos.
Como expresó el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla durante su intervención en el plenario, “ha tomado 24 años la rectificación del voto en solitario de los Estados Unidos en esta sala”. Hacía 24 años, como ha dicho ahora Samantha Power —la representante estadounidense— de aislamiento y rechazo; 58 años de resistencia heroica de nuestro pueblo están en el fondo de lo que está ocurriendo.
“Pienso en este momento en mi pueblo, en Fidel y Raúl, en los jóvenes cubanos herederos de esta larga lucha gloriosa”, añadió el diplomático, quien refirió que algunos le preguntaban por qué presentar otra vez esta resolución a la Asamblea General, a lo que argumentó que, no puede subestimarse en modo alguno el poderoso mensaje político y ético que esta Asamblea envía a los pueblos del mundo. La verdad siempre termina por abrirse paso, adujo, y comentó que la justicia termina por imponerse.
El Canciller adelantó su opinión de que el voto de abstención oficial de Estados Unidos “constituye seguramente un paso positivo en el futuro del mejoramiento de las relaciones entre los EE. UU. y Cuba, y agradeció las palabras y los esfuerzos de la embajadora Samantha Power, para este resultado.
Lo que ocurre es que Cuba le está doliendo demasiado a la nación del norte en su obcecada obstinación por mantenerla bloqueada, y está pagando por ello un costo político enorme ante la comunidad internacional. Prueba de lo anterior es la unanimidad de ese conglomerado de países en torno al tema del bloqueo a Cuba, pasando a ser el único asunto tratado sistemáticamente en el organismo mundial que logra tal consenso.
Para los observadores en este planeta tan dividido, lacerado por incontables problemas, conflictos y guerras, resulta curioso que al abordar este asunto todos coincidan en su condena al bloqueo por los daños que ese engendro económico causa a los cubanos, y en particular, porque por su carácter extraterritorial afecta a todos y cada uno de los demás países.
Y hablamos de curiosidad, porque causa admiración que en este acápite coincidan naciones que mantienen serios diferendos entre sí, como por ejemplo, la India y Pakistán, Turquía y Siria, Irán y Arabia Saudita, por solo citar algunos ejemplos, países con los cuales Cuba mantiene magníficas relaciones. No por casualidad el Papa Francisco y Kirill, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, escogieron a La Habana como punto de encuentro entre sus dos congregaciones, distanciadas durante prácticamente un milenio.
Cálidas palabras vertieron hacia Cuba, como en cada ocasión, los representantes de Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Vietnam y Bolivia, país este último cuyo representante expresó: “Hoy no solo votamos contra el bloqueo, votamos por la esperanza. Cuba es el ejemplo a seguir”.
Expresiones tan solidarias las ha ganado la nación cubana gracias a su singular desempeño con los países y pueblos hermanos, dispensando su ayuda y colaboración fraterna ante desastres naturales, ayudándoles a vencer el analfabetismo y las enfermedades, compartiendo lo que tiene y haciendo valer el principio martiano de que Patria es Humanidad.
Cuba, por tanto, se ha inscrito en el corazón de otros pueblos, y ha ganado su afecto y gratitud, con obras y razones que van desde la ayuda a la liberación de naciones del sur de África, como Angola y Namibia, hasta la eliminación del apartheid en Sudáfrica, algo que la ONU, con todas sus sanciones y condenas al régimen racista de Pretoria durante muchos años, nunca pudo lograr.
El reconocimiento a Cuba se ha hecho universal y ese apoyo que ha devenido masivo no pudo ser ignorado por más tiempo por Estados Unidos, forzado ahora a la abstención como medio de aminorar los efectos de la derrota política apabullante, correspondiente a cada otoño, durante los últimos 25 años.
Las palabras de la representante norteamericana ante la ONU, Samantha Power, estuvieron condimentadas de elogios y críticas casi a partes iguales, tratando de justificar el mantenimiento del bloqueo a Cuba, pues mientras aceptaba que su país había sido forzado a modificar su voto —por la presión internacional—, criticó enfáticamente a Cuba por supuestas violaciones de los derechos humanos.
Sin embargo, abundó ya en un tono más contemporizador acerca del significado positivo del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre las dos naciones, y de los acuerdos de colaboración suscritos desde entonces, así como de las medidas flexibilizadoras del bloqueo adoptadas por Obama.
Powell reconoció igualmente de forma amplia la colaboración de La Habana y Washington en la lucha contra el ébola en tres países africanos y refirió elogiosamente la historia del médico Félix Báez, quien contrajo la enfermedad en Sierra Leona, y fue salvado mediante la participación internacional para, luego de estar ingresado en Suiza y en Cuba, retornar con los suyos a continuar la lucha contra la terrible pandemia como parte del contingente Henry Reeve.
Son facetas de una batalla ardua y prolongada cuyas últimas peripecias dejan el sabor de que algo se está moviendo, que algo está cambiando y albergamos la esperanza de que sea para bien de Cuba y de la humanidad.
Muchos me preguntan porqué EEUU, el país que bloquea, se abstuvo. La votación en la Asamblea General es opinión expresa del poder ejecutivo en Estados Unidos, es decir, el Presidente, Vicepresidente y sus secretarías. Las leyes Torricelli, Helms- Burton y otras más recientes aprobadas por el Congreso (poder legislativo) les quitaron la potestad al Presidente para eliminar el bloqueo y hasta tanto esta instancia no las derogue, persistirá. Obama fue consecuente al abstenerse, siguiendo su línea de «normalización» de las relaciones, pero levantar el bloqueo será prerrogativa del Congreso norteamericano y es un proceso más complejo.
Disculpen: puse por qué junto y es un error.