El programa del primer semestre está a mitad de ejecución. El mes de junio será decisivo para cumplir con el compromiso de siembra
La agricultura cañera sigue en buena medida bajo el impacto de la sequía porque primero impidió plantar las 2 000 hectáreas previstas entre enero y abril y, ahora, la falta de humedad en los suelos no permite todavía desplegar la siembra en todas las tierras alistadas.
A esta altura del calendario, el programa de plantación de la gramínea es salvable, toda vez que se llegará a junio con un alto nivel de áreas preparadas y siempre ha sido el mes del mayor empuje; sin embargo, a la carencia de humedad se une otra causa nada sencilla: la escasa disponibilidad de semilla.
“La semilla está deteriorada, no creció, prácticamente estamos trasplantando caña, lo normal es que con una hectárea de simiente se siembren tres, y lo que estamos logrando es una por una”, comentó Elbis González Vasallo, director general de la Empresa Azucarera Sancti Spíritus (EASS).
Añadió el directivo que las unidades no renuncian al compromiso de cerrar junio con el plan de siembra ejecutado, empeño que exigirá optimizar al máximo la semilla, lograr una correcta organización y concentrar los trabajos en los lugares donde exista humedad, como ocurre en las zonas sur y centro de la provincia, en tanto la mitad norte ha sido menos favorecida por las lluvias.
Eddy Gil Pérez, director de Atención a Productores Agropecuarios en la EASS, declaró a Escambray que en el primer semestre deben plantarse 5 569 hectáreas y hasta el jueves último se reportaban 1 676, el 51 por ciento del plan.
Expone Gil Pérez que este año se prevé incorporar al patrimonio cañero del central Uruguay unas 2 500 hectáreas, localizadas en zonas de Ciego de Ávila y al sur de Jatibonico, específicamente en Las Nuevas y Los Negros.
“Nunca habíamos tenido en esta fecha tanta tierra preparada, esperamos que llueva y poder alcanzar altos ritmos de siembra en cada jornada”, agregó la fuente.
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