Afición por el cómic

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La expo recoge páginas de varias historietas de Arturo Palacios, entre ellas El viaje, llevada al audiovisual y con la que obtuvo el Premio Caracol de la Uneac en el 2016

Con seguridad quienes se enfrenten a la muestra personal de Luis Arturo Aguiar Palacios, o simplemente Palacios, como le gusta a él firmar su obra, nunca lleguemos a tener noción certera de cuáles serán sus otras aficiones. Mas, tendremos convicción de que, detrás de cada pieza mostrada, está la pasión por un arte que empieza a ser observado en la isla como una expresión creativa poderosa, dúctil y, sobre todo, poseedora de una cualidad rara en los medios artísticos, la capacidad de hibridación de su lenguaje, abierto siempre a los intercambios con los otros medios expresivos conocidos.

Precisamente la novena afición de Palacios —que trabaja en los Estudios de Animación del Icaic como Director de artes— lo sitúa en el intersticio creativo que mejor él domina: el de ser un artista medial que despliega los saberes académicos aprehendidos, a lo largo de su aún corta pero ya fructífera carrera como creador visual. Y precisamente la muestra apunta a exponer ante el espectador esos saberes.

Tomando como núcleo referencial todo lo que resuma el llamado arte secuencial —de ahí el título de la expo, Novena aficción— y partiendo de la historieta como lenguaje base de la propuesta, Palacios nos invita al disfrute de su cargado hedonista y movido estilo. A través de diversos soportes formales nos permite conformar una visión de su credo creativo múltiple. Ilustraciones, historietas y audiovisuales de diverso carácter formal discurren en una praxis aglutinadora fácilmente reconocible y a la vez llena de incógnitas para el público.

Las obras —El viaje, IV Armageddon y la segunda parte de Zoe—saltan desde viñetas de línea precisa y formalidad académica, a veces muy cargadas de color, a piezas animadas en estilo comic animation —premonición del arte que vendrá— que apuestan por una transición mediática más congruente con los presupuestos estéticos del creador y las apetencias receptivas de sus públicos.

Una estética caracterizada por alimentar en cada producto artístico el horror vacui, el cuidado anatómico y, finalmente, el detallismo y la exuberancia por los ambientes. En el campo gráfico y en especial en el de la historieta, pudiera ser Palacios un vivo ejemplo de aquello que el teórico y crítico de arte español José Luis Brea conceptualizó como “neobarroco”. El reciclaje sin fin de las formas en una espiral de ascenso y construcción, de negación y destrucción de sí mismas, en una infinita evolución de autogénesis, válida tanto para los requerimientos morfológicos como ideoestéticos que se plantea el creador con cada vuelta de esa espiral creativa.

Quedamos entonces a la expectativa del asombro, del goce y del conocimiento que nos proporcionará adentrarnos en la novena afición de Palacios. Afición compartida por muchos seguidores, expertos y novatos, que seguramente agradeceremos esta incursión en lo ignoto de nuestra propia fantasía.

El autor, Alfredo Fuentes Fernández,  es historiador, curador y crítico de arte