La Guía familiar para la protección ante ciclones tropicales, documento elaborado por parte del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, es utilizado en territorio espirituano como parte de los preparativos para enfrentar el inminente azote del huracán Irma al archipiélago cubano.
Según aseguró a Escambray Roldán Rodríguez Luna, jefe del Órgano Provincial de la Defensa Civil, se trata de un texto instructivo de incuestionable valía cuya finalidad es orientar a la población (existe una guía destinada a residentes en zonas urbanas y otra a quienes habitan en las rurales) sobre cómo proceder en cada uno de los momentos y situaciones relacionados con eventos hidrometeorológicos extremos que afectan al país.
De acuerdo con la información ofrecida por Javier Brito Pérez, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial, el documento en formato impreso fue distribuido entre los delegados de circunscripción del Poder Popular para que sirva de orientación a la ciudadanía del radio de acción de cada uno de ellos. También fue entregado, acotó, a las autoridades del sector del Comercio para que se tenga disponible en las 592 bodegas existentes tanto en áreas urbanas como rurales. En ambos casos resulta determinante el modo en que fluya la información por parte de los responsables de garantizarla.
La propia introducción de la Guía, firmada por el General de División Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, ofrece constancia de que el material fue elaborado considerando las experiencias de la respuesta a ciclones tropicales que han impactado en los últimos años a nuestro país, así como el riesgo a que están sometidas las familias residentes en las zonas montañosas, por ser lugares vulnerables a derrumbes, crecidas de ríos, inundaciones costeras y deslizamientos de tierra por el efecto de los vientos, la lluvia y el mar cuando ocurre este tipo de desastres.
En el documento se recogen, de manera detallada, las indicaciones sobre cómo actuar, lo mismo en las ciudades que en el campo, en las fases Informativa, de Alerta y de Alarma, así como en la Etapa de Recuperación. Asimismo, se explican algunos términos meteorológicos por su uso frecuente en los avisos y en las notas informativas de conocimiento público, lo cual permitirá comprender con mayor claridad la evolución del evento, el peligro y el nivel de riesgo al que se pueda estar expuesto.
También se resume, en un cuadro, la clasificación de los huracanes según la escala Saffir – Simpson, con datos como las velocidades de los vientos y la envergadura de los daños que pueden ocasionar, según cada caso.
Entre los principales aspectos que debe tener en cuenta la familia, a tenor con lo consignado en el texto, figuran los siguientes: conocimiento del lugar del centro de evacuación, instalación estatal o vivienda donde se tiene prevista su protección y plazo para la presentación al mismo; vías de traslado alternativas en caso de obstrucción de la ruta planificada; y preparación de un bolso o mochila familiar para situaciones de desastres con medios y recursos indispensables.
También se insiste en el conocimiento de la forma en que se les garantizará a personas discapacitadas, de la tercera edad, niños y embarazadas el movimiento hacia lugares seguros, así como la satisfacción de sus necesidades básicas.
Al recibirse la Alerta temprana, indica la Guía, se debe estar atentos a las informaciones e indicaciones de las autoridades y los servicios meteorológico, hidrológico y epidemiológico, aspectos que en Cuba suelen divulgarse de forma reiterada por los medios de comunicación masiva. Como elementos de gran importancia, se subraya la necesidad de puntualizar los recursos para la subsistencia durante el impacto del evento (depósitos para agua, alimentos ligeros, velas, fósforos, botiquín de primeros auxilios, medicamentos para enfermedades metabólicas como la hipertensión, diabetes y otras).
Se recomienda de manera enfática la limpieza de techos y desobstrucción de tramos de zanjas, tragantes y desagües que puedan provocar inundaciones por intensas lluvias con afectaciones directas a la vivienda, así como la poda de árboles que pudieran afectarla.
En la Fase Informativa, apunta el documento, se deben proteger las ventanas y puertas con tablones de madera, así como los techos de cubierta ligera con sacos con arena, tierra, o amarres con alambre. También se torna imprescindible, según se indica, incrementar las medidas higiénico-sanitarias.
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