El gobierno de Venezuela condenó el secuestro de un helicóptero y el ataque terrorista perpetrado contra instalaciones gubernamentales, en un comunicado dado a conocer por el ministro venezolano de Comunicación e Información, Ernesto Villegas.
En una transmisión en cadena de la televisión en esta nación suramericana, Villegas informó anoche a la ciudadanía, detalles del incidente ocurrido la víspera, el que calificó como parte de un plan golpista de sectores extremistas de la oposición ultraderechista, con respaldo del gobierno de Estados Unidos.
Según el comunicado dado a conocer por Villegas, durante la tarde del martes 27 de junio, se produjeron ataques con granadas y armas de fuego contra las sedes del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Ambos ataques -expresa el documento- fueron efectuados desde un helicóptero Airbus Volcom, modelo 105, siglas CICPC02, hurtado de la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota, ubicada en la capital venezonala.
La aeronave fue secuestrada por Oscar Alberto Pérez, quien para cometer los atentados se valió de su condición de inspector adscrito a la división de transporte aéreo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
El complotado voló el helicóptero hasta las inmediaciones del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, ubicado en la capitalina avenida Urdaneta, y efectúo alrededor de 15 disparos contra la edificación.
En el momento del ataque, se desarrollaba en la terraza de este edificio un agasajo a un grupo de comunicadores sociales, con motivo de celebrarse el Día Nacional del Periodista, donde se encontraban unas 80 personas.
Posteriormente -detalla el comunicado del gobierno bolivariano-, el helicóptero se trasladó hasta la sede del Tribunal Supremo de Justicia, precisamente mientras se encontraba sesionando allí la Sala Constitucional, con todos sus magistrados, y un grupo de trabajadores permanecían laborando en sus oficinas.
Contra estas personas fueron efectuados disparos y lanzadas al menos cuatro granadas de origen colombiano y de fabricación israelí, de las cuales una no estalló y fue colectada, y dos fueron lanzadas contra miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que custodiaba el edificio.
El texto agrega que, gracias a la rápida acción de los custodios, pudo evitarse una tragedia.
El autor material de estos hechos está siendo investigado por sus vínculos con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y la embajada de ese país en Caracas, así como su vínculo con Miguel Rodríguez Torres, exministro venezolano del Interior, quien recientemente confirmó públicamente sus contactos con la CIA.
Para el Gobierno Bolivariano -añade el comunicado-, esta acción se trata de un ataque terrorista enmarcado en la ofensiva insurreccional adelantada por factores extremistas de la derecha venezolana, con apoyo de gobiernos y poderes extranjeros.
A su vez subraya que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y los cuerpos de seguridad del Estado se encuentran desplegados, con el objetivo de capturar al autor de estos hechos y recuperar la aeronave.
Además, el gobierno bolivariano emplazó a los partidos políticos vinculados en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), así como a la jerarquía eclesiástica y demás factores de la sociedad venezolana, a condenar resueltamente estos hechos y a deslindarse de una vez por todas de la violencia.
También llamó al pueblo venezolano a estar alerta frente a la escalada golpista que pretende alterar el orden constitucional en Venezuela y que ha demostrado carecer de cualquier escrúpulo para el logro de sus ambiciones políticas y económicas.
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