El equipo espirituano otra vez se quedó fuera de la discusión de medallas en la Liga Superior de Baloncesto
Ni el influjo que representa jugar en casa pudo insuflar al equipo espirituano femenino que otra vez se quedó fuera de la discusión de medallas en la Liga Superior de Baloncesto, ocasión en la que más cerca olió una presea.
Las locales llegaron a casa con balance de tres triunfos y dos reveses. En el Polideportivo Yayabo entraron como un huracán y dispusieron por segunda vez en la justa a las campeonas pinareñas y a las favoritas Capitalinas, líderes del evento.
Tenían por delante a Camagüey en un partido de vida o muerte. Aun perdiendo por tres puntos de diferencia, accedían al cruce y aseguraban, incluso, medalla de bronce, que sería su primera en estas lides, pero cedieron por 5 puntos (58-53) y se les escapó el sueño en ese juego que no se puede perder.
Demasiados balones perdidos, tiros libres fallados, insuficiente efectividad en los lances de campo, defensa endeble y otros problemas condujeron a ese desfavorable resultado.
“Les dijimos que había que ganarlo, pues podía suceder lo que pasó que Capitalinas el último día les regalaran el juego a las agramontinas para tenerlas de rival en la semifinal —expone Alexander Álvarez, director técnico—, pero faltó responsabilidad y actitud en muchas atletas, se fallaron muchos tiros libres, se perdieron pelotas claves, fuimos inefectivos debajo del aro y se dejó de defender por parte de jugadoras nuestras del equipo nacional a atletas que no son principales”.
En ese partido las locales supieron remontar una desventaja de 16 puntos y tomar distancia de ocho, pero “nos criticamos porque no pedimos un tiempo cuando hicieron una canasta y permitieron lo que no debían permitir; no puede venir el noveno bate a decidir un partido con bases llenas, no puede venir una que no es Leidis Oquendo a decidirte. Hay equipos a los que hay que ganarles sin opción”, reflexiona el director técnico.
Y pasó lo que todo el mundo suponía en la Yayabo. Santiago de Cuba hizo temblar el tabloncillo con su carrera intensa. Y aunque la local Eylen Gilbert, una jovencita que no conoce partido malo, tiró 29 puntos, más de la mitad de los del equipo, no se pudo.
“Basamos el juego en el perímetro al no contar con Marlene, sistema al que apelamos en las demás Ligas, pero con la ausencia de Yamara no se puede hacer ese juego y al contrario se le hace más fácil la defensa. Tenemos dificultad en el dominio del balón, a algunas les faltaron habilidades tácticas para resolver en un momento. No es posible que con las condiciones que tiene Francy Ochoa, jugadora del Cuba hace años, no haya podido aportar más de 20 puntos por encuentro”, añadió Álvarez.
Al apagarse las luces de la Yayabo Capitalinas, Guantánamo, Santiago de Cuba y Camagüey marcharon con su boleto. Sobre el tabloncillo emergió otra vez el fantasma del atleta espirituano.
“Los atletas espirituanos no se enfocan —anota finalmente Alexander—, no saben definir un partido que es clave. Yamara Amargo venía al terreno y metía treinta y pico de puntos con todo el mundo, hay atletas que tienen que meter 20 y no lo hacen, me duele decirlo, pero es así”.
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