Por tercera temporada sucesiva, los Tigres estarán en la final de la Serie Nacional de Béisbol, una fase a la que los Cocodrilos de Víctor Mesa parecen acercarse luego de su tercera victoria ante Granma
Con ese triunfo, los vigentes monarcas nacionales sentenciaron por 4-2 el playoff semifinal del torneo, pactado al mejor de siete, luego de imponerse en los juegos uno (10-4), dos (9-6), cinco (8-1) y seis (9-3).
Este miércoles, en sus predios del estadio José Ramón Cepero, Ciego de Ávila dominó los hilos del partido de principio a fin, y en todo momento conservó la concentración.
Así, los Tigres abrieron el celofán en el mismo primer capítulo por cuadrangular en solitario del segunda base Dainier Gálvez, uno de los refuerzos más superlativos seleccionados por el manager Roger Machado en las postrimerías de la temporada.
Vine aquí a aportar mi granito de arena y a buscar el título de Cuba con los Tigres, declaró el infielder, perteneciente al club de los Piratas de Isla de la Juventud, cedido a Ciego de Ávila para la parte final de la campaña.
Una entrada más tarde, en la segunda, los avileños ampliaron la ventaja al registrar dos anotaciones, remolcadas por sencillo de Yorelvis Charles y doblete de Raúl González.
La fiesta de los campeones defensores siguió en el tercero, cuando Edilse Silva disparó imparable a la pradera derecho e impulsó desde segunda base a Julio Pablo Martínez, para el 4-0.
Entonces llegó la reacción de Villa Clara. Los Anaranjados marcaron dos veces en el principio del cuarto inning y además desconcertaron un tanto al abridor rival, el derecho Bladimir Baños.
Pero todo fue en vano porque Ciego de Ávila revolucionó el duelo en el final de ese mismo cuarto capítulo con un decisivo racimo de cuatro rayas, coronado por sencillo de Yoelvis Fiss entre los jardines derecho y central, que trajo dos compañeros para el plato.
En el cierre del sexto, Julio Pablo Martínez sacudió enorme cuadrangular en solitario a lo profundo de la noche, ampliamente por encima de las cercas del jardín derecho.
Machado, entonces, sacó del montículo a Baños en el principio del séptimo y Villa Clara pudo sacar las uñas contra el relevista Raidel Martínez, quien soportó una carrera en ese capítulo. Pero a partir de ahí el veloz derecho de 23 años cerró a todo tren y maniató a Villa Clara, tras dominarlos a placer en los episodios ocho y nueve, para sellar el triunfo y llevarse el punto por juego salvado.
Baños se acreditó la victoria por su trabajo de 118 lanzamientos y seis entradas completas, en las que permitió cuatro hits y solo dos carreras, ambas sucias, además de repartir cinco ponches y regalar dos boletos.
Por los ganadores brillaron con el madero Gálvez (sencillo y jonrón, una impulsada y dos antoadas), Julio Pablo (cuadrangular, una empujada y tres anotadas), Silva (tres sencillos, dos remolques) y Fiss (dos impulsadas), mientras por los derrotados solo Alexander Ayala y Norel González dispararon más de un hit en la velada.
Ciego de Ávila, titular nacional en 2012, 2015 y 2016, garantizó así su presencia en la gran final del béisbol cubano por tercera temporada consecutiva, algo que muy pocos equipos han conseguido en más de 50 años de las series domésticas.
Su rival en la batalla por la corona saldrá de la semifinal entre los equipos de Matanzas y Granma, que domina el primero por 3-2.
La suerte del partido, escenificado en el parque Mártires de Barbados de Bayamo, quedó definida por dos factores fundamentales: la descomunal ofensiva de los cocodrilos matanceros y la terrible defensa de los alazanes granmenses (cometieron siete errores).
Stayler Hernández, el primer bateador del desafío, abrió el primer episodio con enorme cuadrangular por el jardín derecho, que de inmediato puso a ganar a Matanzas ante el abridor rival Yoelkis Cruz.
Los dirigidos por Víctor Mesa siguieron la molienda y fabricaron otras tres anotaciones en ese mismo inning, dos de ellas sucias, debido a un costoso error del antesalista Yunior Paumier que, de alguna manera, contribuyó a la ‘explosión’ de Cruz unos minutos más tarde.
Después de ese vigoroso comienzo se calmaron las aguas y el choque avanzó sin muchos contratiempos hasta la tercera entrada, cuando el conjunto de Granma descontó una, aunque, vale recordarlo, se quedó cortó en sus aspiraciones de empatar el duelo tras dejar las bases llenas.
En esa pequeña rebelión granmense salió del montículo el abridor de Matanzas Frank Montieth y en su rescate llegó Frank Medina, a la postre el ganador del partido.
Matanzas se sintió acosada por la reacción de Granma y en el quinto inning volvió a la carga con otras tres carreras, un rally que estuvo signado por un doblete de Juan Carlos Torriente, impulsor de una anotación, además de otros dos errores.
Con el 7-1 en la pizarra a la altura del quinto inning todo parecía cuestión de tiempo, pero en el final de ese capítulo el slugger granmense Alfredo Despaigne, por mucho el mejor bateador del país, sacudió kilométrico cuadrangular de dos carreras, por encima de las bardas del jardín central, y recortó diferencias.
Sin embargo, los matanceros permanecieron con la sangre fría y volvieron a despegarse en el marcador, al fabricar consecutivamente dos carreras en el séptimo, en el octavo y en el noveno inning, que decretaron el 13-3 definitivo.
Los mejores bateadores del encuentro en el bando triunfador fueron el segunda base Torriente (dos sencillos y un doble, cuatro impulsadas y dos anotadas), y el jardinero Stayler Hernández (sencillo y jonrón, dos remolcadas). Mientras, por los derrotados sobresalió Despaigne (jonrón, dos empujadas, y una base por bolas intencional).
El crédito de la victoria correspondió a Medina, gracias a su relevo de cinco entradas, en las que permitió dos carreras, en tanto Cruz cargó con su segunda derrota en esta serie de postemporada.
Con este resultado, Matanzas se quedó a solo un paso de la final del campeonato. La última vez que los cocodrilos accedieron a la disputa del título data de 2013, aunque en esa ocasión perdieron la corona nacional en seis partidos contra Villa Clara.
En la historia de las series nacionales, Matanzas ostenta cinco títulos de Cuba (como Henequeneros en 1970, 1990 y 1991, y como Citricultores en 1977 y 1984), mientras Granma todavía busca su primera coronación.
Ahora, matanceros y granmenses tendrán dos días de descanso antes de saltar a la grama del estadio Victoria de Girón el próximo sábado para dirimir el sexto partido de la serie.
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